Clava alfileres con un martillo y luego une un gran número de hilos para que el dibujo nazca. "De cerca puede parecer una masa, pero si te alejas, las líneas marcadas comienzan a ordenarse para formar una imagen".

Debbie Smyth (Cork-Irlanda, 1986) vive y trabaja en Cheltenham (Inglaterra), es diseñadora y coser fue siempre un divertimento para ella. Se considera "una artista textil", pero el resultado de su obra dista bastante de la costura tradicional.

Con 25 años ya ha trabajado en campañas publicitarias, escaparates de firmas de ropa, eventos... Ella no menciona demasiado los logros laborales y se queda con el deseo de seguir superándose en sus creaciones: "Me gustaría elaborar una pieza al aire libre, en la fachada de un edificio o en alguna superficie en la que pudiera aumentar el tamaño de mi obra con grandes clavos y cuerdas gordas o hilos de nailon".

Los temas son simples. Una niña en un columpio, un barco cerca de la orilla, una playa plagada de gaviotas o un paisaje en perspectiva le permiten a Debbie Smyth "tranformar las dos dimensiones de una superficie plana en formas y espacios de tres dimensiones, para crear estructuras lineales y flotantes".

La artista comenzó a utilizar hilo en su último año en la escuela de arte "porque quería dibujar de manera espacial", consiguió desarrollar así un mundo artístico personal, "la habilidad de coger algo estático, que resulta tan familiar como aburrido, y dramatizarlo con los materiales más simples".

Entre sus influencias cita una lista prolija: las labores de encaje, el diseño gráfico, la tipografía, el trenzado, la cestería, los mapas, la arquitectura, el origami, los laberintos, la iluminación... Un amasijo de disciplinas emparentadas con el hilo, la técnica y el dibujo que configuran en conjunto el laborioso arte de Debbie Smyth.