El presidente de la Federación de Empresarios de La Rioja (FER), Julián Doménech, aseguró hoy que "las carencias" que supondrá el haber excluido Logroño de la red transeuropea del Corredor Cantábrico-Mediterráneo limitará el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en un cincuenta por ciento.

Doménech ofreció una rueda de prensa acompañado de un miembro de la Asociación de Transportistas Discrecionales de La Rioja (ATRADIS), Santiago Gutiérrez, en la que mostró el "desconcierto y mala uva" con que los empresarios, dijo, se han tomado el "aislamiento absoluto" que supone dejar a La Rioja fuera de la Alta Velocidad.

Una "sinvergüencería del Gobierno central" que, dijo, "nos obliga a autodefendernos". El enfado mostrado por el empresario fue tal que, ante el hecho de que, desde Fomento, se argumente que ha sido la Unión Europea quien ha decidido que el corredor no pase por Logroño le espetó al ministro, José Blanco: "puñetas, tonto del culo, quien presentó el proyecto a la Unión Europea".

No obstante, un par de horas después, a través de un comunicado enviado a la prensa, pidió disculpas y retiró el calificativo. Explicó que "la tensión generada por la decisión de Fomento estos días ha provocado esta reacción que no tiene justificación".

Y es que Doménech culpa al "gobierno de esta santa nación", tal y como indicó en la rueda de prensa, de lo que calificó como "desprecio con una pequeña comunidad autónoma llamada La Rioja", porque la decisión de que el Corredor pase por Pamplona, pero no por Logroño, deja a esta región en un "aislamiento absoluto y denigrante".

El líder de los empresarios acusó a Fomento de "engañar" a la comunidad y montar "shows" cada vez que prometía que el AVE, dentro del Corredor Cantábrico-Mediterráneo, pasaría por Logroño "al igual que por Pamplona".

Las consecuencias, dijo, serán "extraordinarias" y, así, se preguntó cómo se va a poder retener a las empresas sin comunicación, cuando regiones del entorno sí la tienen y consideró el futuro "hipotecado".

No obstante, a su juicio, existe un rayo de esperanza, dado que es "posible que el Gobierno español modifique la propuesta inicial"; algo que, consideró, "no lo hará este gobierno sino el nuevo que salga del 20-N".

Esta posibilidad se concreta en el trámite que el proyecto de red conlleva, de "un año y medio" y que hará que "tengamos que batirnos el cobre en el Parlamento Europeo". Ante esto, mostró el apoyo de "todos los empresarios" al Gobierno riojano y llamó a una "rebelión social"