Monturque (Córdoba) acoge desde este sábado las únicas jornadas culturales de España en torno a la muerte

Monturque (Córdoba) acoge este puente de Todos los Santos, desde este sábado y hasta el próximo martes, las únicas jornadas culturales y gastronómicas que se organizan en España con el tema del turismo y la muerte como eje central, bajo la denominación de 'Munda Mortis' y alcanzando este año su tercera edición.
Cartel De 'Munda Mortis'
Cartel De 'Munda Mortis'
EUROPA PRESS/AYTO. MONTURQUE
Cartel De 'Munda Mortis'

Monturque (Córdoba) acoge este puente de Todos los Santos, desde este sábado y hasta el próximo martes, las únicas jornadas culturales y gastronómicas que se organizan en España con el tema del turismo y la muerte como eje central, bajo la denominación de 'Munda Mortis' y alcanzando este año su tercera edición.

En declaraciones a Europa Press, el técnico de Promoción y Desarrollo Turismo del Ayuntamiento de Monturque, José Manuel Mármol, ha explicado que esta iniciativa pionera sobre la temática funeraria en España, que organiza el Consistorio de la localidad con la participación de la Ruta Europea de Cementerios Singulares, a la que pertenece el camposanto del municipio cordobés desde 2009, prevé actividades en torno al patrimonio, cultural e inmaterial, que está ligado al culto de la muerte y a la celebración de festividades religiosas.

Los objetivos que se persiguen son dar a conocer la Ruta Europea de Cementerios como Itinerario Cultural del Consejo de Europa, promocionar los cementerios como espacios culturales dentro de las ciudades, concienciar a la ciudadanía sobre la necesaria defensa y conservación del patrimonio, recuperar tradiciones ligadas a la festividad de Todos los Santos, favoreciendo el intercambio generacional y diversificar la oferta de turismo cultural.

El principal reclamo es el propio Cementerio de San Rafael de Monturque, que, además de estar incluido en la citada Ruta Europea de Cementerios Singulares, tiene como peculiaridad que alberga en el subsuelo "las Cisternas Romanas, un monumento de 2.000 años de antigüedad en perfecto estado de conservación", que está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), situado bajo un camposanto todavía en uso y que data del siglo XVI, aunque fue sometido a una remodelación en el último tercio del siglo XIX, hace más de 100 años".

Entre las actividades a realizar durante los cuatro días de las jornadas, del 29 de octubre al 1 de noviembre, se incluyen visitas guiadas nocturnas al cementerio y a las cisternas romanas, la elaboración de faroles de melón —tradición propia de Todos los Santos—, o un concurso de gachas, con posterior degustación popular.

También se prevé, según ha detallado Mármol, la representación del 'Ritual y Banquete Funerario Romano', a cargo del grupo teatral Somnus y que incluye la degustación de platos elaborados con un recetario del siglo I, además de la organización de la exposición fotográfica 'Ruta Europea de Cementerios en Andalucía'.

El programa se completa con las conferencias 'In Ictv oculi. Un acercamiento a las costumbres funerarias de época romana y su pervivencia' y 'Ruta Europea de Cementerios: La incorporación de los cementerios a los itinerarios turísticos y culturales', estando igualmente prevista, para la bendición de los difuntos, una procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno, cuya imagen será llevada al Cementerio de San Rafael de Monturque.

El camposanto cordobés forma parte de la citada Ruta Europea de Cementerios Singulares, un itinerario cultural reconocido como Gran Ruta del Consejo de Europa, que incluye a 63 cementerios de 50 ciudades de 20 países europeos. Entre ellas hay capitales "con varios millones de habitantes, como París (Francia), Roma (Italia) o Viena (Austria), a las que se suma un pueblo de 2.000 habitantes, como Monturque, lo que indica la singularidad de su cementerio".

Cementerio y cisternas

El Cementerio de Monturque es un camposanto urbano localizado en la cima del cerro sobre el que se asienta la población. Ofrece unas magníficas vistas de la Campiña cordobesa y de las Sierras Subbéticas. Si bien recibe enterramientos desde finales del siglo XVI, fue objeto de una gran remodelación en el siglo XIX, finalizando las obras en 1888 según la fecha de la puerta principal.

Arquitectónicamente, se constituye como un edificio de carácter popular andaluz, donde destaca la reja de la puerta y el blanco de las murallas y de los enterramientos. Todo el espacio está declarado BIC, al ser una zona arqueológica de gran valor histórico y artístico, recibiendo el nombre de Conjunto Arqueológico de Los Paseíllos.

En el interior del cementerio sobresalen las Cisternas Romanas, localizadas en el subsuelo del camposanto y descubiertas en 1885, tras las necesidades de ampliación obligadas por una devastadora epidemia de cólera. Las Cisternas Romanas de Monturque son una de las obras de ingeniería hidráulica que los romanos realizaron en Hispania, en este caso entre los siglos I y II.

Con capacidad para 850.000 litros, son las más grandes de España y las cuartas del mundo. Presentan un excelente estado de conservación y actualmente acogen un centro de interpretación. En el entorno se han localizado también las termas y un criptopórtico, una construcción de la que apenas quedan vestigios en la Península Ibérica.

Faroles de melón

La tradición de realizar faroles de melón en la noche del día de los difuntos es una manifestación de origen pagano que se extendía por las zonas rurales andaluzas y que consistía en un ritual para ahuyentar a los malos espíritus en la noche en que vagaban por el mundo de los vivos.

Los faroles se colocaban en la víspera del Día de los Difuntos —de Todos los Santos— colgados en los quicios de las ventanas, en las rejas, en el dintel de la puerta y en las hornacinas precedidas por imágenes de vírgenes y santos. De esta forma, se repelía la entrada de los espíritus a los hogares.

Llegados al siglo XIX, esta tradición sucumbió a la religiosidad popular y se perfiló como una costumbre infantil, perdiendo su cometido primitivo. Los faroles se decoraban con soles, estrellas, flores y caras grotescas situando en su interior una vela encendida, que daba luz a través de las formas creadas en la cáscara del melón. Así, con sus faroles encendidos en las manos, los niños monturqueños salían al anochecer a recorrer el pueblo.

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