Tras la segunda mayor subida del año, el principal indicador de la Bolsa española ha cerrado con un 0,5% en rojo.

El Ibex 35, que el jueves recuperó y con creces los 9.000 puntos, ha acabado la jornada en los 9.224 puntos, con un descenso acumulado ligeramente superior al 5,5%. El indicador ha corrigido posiciones movida tanto por el deseo de los inversores de recoger beneficios.

En los grandes valores, Iberdrola, Repsol o Telefónica retrocedieron el 1,28 %, el 0,65 % y el 0,63 %, respectivamente, mientras que el Santander bajó sólo el 0,19 % y el BBVA consiguió esquivar los números rojos y avanzar el 0,90 %.

En un día que comenzaba con resaca de la gran subida del jueves, tras aprobar los líderes europeos una serie de medidas para paliar la crisis de deuda soberana y recapitalizar la banca, los malos datos de la Encuesta de Población Activa eran un jarro de agua fría.

Según estos datos oficiales, el tercer trimestre de 2011, tradicionalmente el mejor del año en las cifras de empleo, arroja un escalofriante aumento de 146.800 puestos de trabajo destruidos. Se acerca así España a la temida cifra de los 5 millones de parados.

Otro punto negativo de la jornada estuvo en el mercado secundario de deuda, donde la prima de riesgo de España o diferencial con Alemania repuntó hasta los 333 puntos básicos debido al avance de la rentabilidad de los bonos españoles, que resultaron afectados por el mal resultado de la subasta de títulos de Italia.

En el resto de Europa, todas las grandes plazas han caído menos el Dax alemán. Como el Ibex, el jueves se anotaron sus mayores alzas de 2011 por las medidas de la cumbre de la Unión Europea para resolver la crisis de la deuda soberana.

El indicador germano lograba un exiguo 0,13% en verde. Ya en las pérdidas, Italia es la clara líder con una bajada del 1,78%, seguida de Francia y su 0,59% y cierra la lista el 0,20% rojo de Londres.

El comportamiento del FTSE MIB italiano se explica después del mal esultado de la subasta de bonos a 10 años, cuya demanda fue escasa y que además se saldó con la colocación de títulos con más de un 6 % de interés, lo que supone un récord desde la creación del euro.