Las escasas reservas de agua en el río Ebro, cuya cuenca recibe desde hace meses exiguas precipitaciones, han obligado a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a reducir los desembalses desde el sistema de pantanos de Mequinenza, Ribarroja y Flix.

La CHE ha informado en un comunicado de que la decisión, adoptada por unanimidad este jueves por parte de la Comisión de Desembalse del Bajo Ebro, se ha tomado porque el embalse de Mequinenza se encuentra actualmente al 38% de su capacidad.

En concreto, el pantano acumula 586 hectómetros cúbicos, el peor registro para un mes de octubre en los últimos 20 años, tan solo superado a la baja por los 477 hectómetros de diciembre de 2007.

El organismo ha explicado que durante el pasado año hidrológico —de octubre de 2010 a septiembre de 2011—, desde el eje del Ebro entraron a Mequinenza 4.600 hectómetros cúbicos, si bien el río transportó en su curso bajo más de 6.200 hectómetros.

La disminución de las sueltas de este grupo de embalses, gestionados por Endesa, afecta a la producción hidroeléctrica de las presas, así como a las concesiones de las comunidades de regantes de los canales de las márgenes derecha e izquierda del Ebro, además de varios abastecimientos como el de Tarragona capital y el mantenimiento del caudal del río en su tramo final.

En todo caso, la CHE se ha comprometido a que el río Ebro mantenga el caudal de 100 metros cúbicos por segundo en su tramo final a su paso por Tortosa (Tarragona) y ha garantizado que la situación se revisará cuando lleguen las lluvias y mejoren las reservas.

Hasta la fecha se aportaban desde Ribarroja 150 metros cúbicos por segundo —100 se destinaban al caudal del Ebro y 50 para las concesiones del Consorcio de Aguas de Tarragona—, si bien ahora saldrán del sistema entre los 132 y los 139 hectómetros.

El canal de la margen derecha del Ebro pasará de los 24 metros cúbicos por segundo actuales a los 22, mientras que la margen izquierda pasará de los 24 a los 10 durante el mes de noviembre, 16 en diciembre y 10 en enero.