El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaume Guardiola, ha considerado que la exigencia europea de un 9% de capital principal "no va a ser un problema para la banca española, que está muy fuerte", aunque sí tendrá efecto en la concesión de crédito, las operaciones corporativas y el crecimiento económico.

Guardiola ha lamentado que "si se exige más capital, se traduce en presión en el crédito; y la capacidad para entrar en operaciones corporativas se estresa". Con todo, ha aseverado: "Si se genera valor para los accionistas, creo que no tendríamos problemas para captar el capital necesario".

También ha considerado que la decisión de Bruselas respecto a la banca no era el mejor camino: "Se ha elegido un camino más de equilibrios políticos que de análisis de lo que había que hacer para volver al crecimiento".

En todo caso, ha esperado "que dé resultados, porque meter capital en el sistema da imagen de fortaleza; había mucha deuda y hay que reducirla, pero tendrá efecto sobre el crédito".

"El problema está en la deuda griega, que no es sostenible -la española sí, ha incidido-, con lo que la vía es hacer quita y el cortafuegos de que Europa va a responder para que las primas de riesgo de los países se ajusten a sus capacidades de pago", ha remachado.

En rueda de prensa para presentar los resultados del tercer trimestre, ha considerado que los cinco grandes bancos afectados cuentan con obligaciones convertibles -que no se tienen en cuenta para calcular el déficit de capital, pero sí para capitalizar- y "capacidad de generación de resultados" para conseguir los recursos antes del plazo del próximo verano.

Banco Sabadell, que está en sexta posición, no está entre las cinco entidades españolas a las que Europa exige capital, y ha cerrado septiembre con un 'core capital' del 9,1%, pero Guardiola ha añadido que se deben analizar en detalle los números, ya que con valoración de deuda pública a mercado, se debe aplicar un descuento 170 millones de euros, lo que supone reducir el capital principal en un 0,2%.

El banco cuenta con unos 100 millones de deuda pública extranjera y 5.500 millones de exposición a deuda pública española, de la que ha vendido más de 2.000 millones desde los últimos test de estrés a la banca, aunque la entidad lo ha enmarcado en la normalidad de compras y ventas de deuda dependiendo de la rentabilidad del mercado.