La oposición griega, tanto de derechas como de izquierdas, ha reiterado este martes que no piensa dar su visto bueno en el Parlamento al inminente acuerdo para un segundo rescate internacional que el primer ministro, el socialista Yorgos Papandréu, negociará mañana con sus socios comunitarios.

El portavoz de la opositora "Nueva Democracia" (ND), Yanis Mijelakis, declaró en el canal ateniense MEGA que no apoyará ese acuerdo que el Gobierno socialista presentará al Parlamento y al parecer pretende pedir su aprobación con una mayoría cualificada de 180 sobre los 300 escaños.

El gobernante partido socialista PASOK cuenta con una estrecha mayoría de 153 escaños, pero con fuertes divergencias en sus propias filas debido a las draconianas medidas de austeridad.

Los conservadores, que tienen 85 escaños, no están dispuestos a echarle una mano a Papandréu y piden elecciones anticipadas.

El líder del partido LAOS, de extrema derecha y con 16 escaños, Yorgos Karatsaferis, también ha rechazado ya su apoyo y reiterado su petición de la formación de un Gobierno de coalición.

Y los otros pequeños partidos de izquierdas tampoco quieren apoyar al Gobierno socialista.

El ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, declaró el lunes desde Bruselas que las grandes decisiones deben de ser abordadas con "un amplio sentimiento de responsabilidad y por consecuente, deben de ser votadas por una amplia mayoría".

"Es un asunto de responsabilidad política y un deber nacional", aseveró el ministro griego.

Pero según el ministro de Sanidad, Andreas Loverdos, uno de los hombres fuertes en el seno del PASOK, no existe ninguna obligación legal para una amplia mayoría parlamentaria aunque en el caso de que se opte por esa vía y no se obtenga los 180 escaños, "el acuerdo será ley pero llevará a (elecciones) legislativas anticipadas".

Mientras, Papandréu tiene prevista este martes una reunión con el presidente heleno, Carolos Papulias para informarle sobre las negociaciones de la cumbre europea del pasado domingo, y volverá a viajar a Bruselas para asistir a la segunda cumbre el miércoles, donde se negociará con toda probabilidad una quita superior al 50 %.

Por otro lado, los habitantes de Atenas sufren en esta jornada nuevamente las consecuencias del descontento social por las medidas de ahorro, con una huelga del transporte público de 24 horas, a excepción de una línea del Metro y del tren de cercanías.