Cuando el oficial Muamar al Gadafi estudiaba en Londrés, fundó en 1966 la Unión de Oficiales Libres. Tres años después, ya en Libia, derrocó al rey Idis I, que gobernaba el país desde 1951 como monarca absoluto, con una rápida sublevación.

El hijo de una familia de la tribu beduina llegaba al poder en 1969, en un país donde el descubrimiento en 1959 de unas bastas reservas de petróleo lo transmutó de uno de los paises más pobres de África en uno de los más ricos. A lo largo de los años estableció un regimen basado en los servicios sociales gratuitos, con un nivel educativo y una esperanza de vida de los más altos en África.

Gadafi y su grupo de jóvenes oficiales proclamaron la República de Libia. El nuevo regimen rompió los lazos de Idis con Reino Unido y EE UU y comenzó una política de nacionalización de la industria petrolera y el sector bancario.

Tras la muerte de Nasser en 1970, Gadafi se hizo con el manto del panarabismo, pero su errática política le llevaba desde liderar una unión político-económica con Egipto, Marruecos o Túnez a estar a un paso del conflicto armado con los países de su entorno, como cuando invadió Chad.

Durante esta década, el ya coronel Gadafi expuso sus teorías políticas en el Libro Verde, proclamó la Jamahiriya, el Estado de las Masas, y se otorgó el título de Líder de la Revolución.

Esta tercera vía, alejada del capitalismo del primer mundo y del socialismo del segundo, era confusa para cualquiera. El Líder de la Revolución, que no tenía funciones representativas, ostentaba todos los poderes. El país carecía de normas básicas para la estructura del Estado y no tenía un órgano legislativo permanente.

Lo más parecido a una cámara., el Consejo Popular General, se reunía como mucho dos veces al año. Sus miembros eran designados por Congresos Populares Básicos celebrados en cada barrio o municipio.

El regimen, con dinero del petróleo, comenzó a financiar grupos terroristas solo a condición de que añadiesen a su nombre "anticolonialista" o "antiimperialista".  Estas actividades causaron que EE UU, liderados por el actor Ronald Reagan, bombardeó el país en 1986. Un palacio de Gadafi quedó destruido y el líder libio lo dejó en ruinas, para usarlo como escenario en sus discursos.

En política exterior, en 1988 se reconcilió con Túnez y Argelia y en 1989 se adhirió a la Unión Árabe Magrebí, pero la ONU y EE UU aplicaban cada vez mayores saciones a Libia.

En 1992 la ONU le impuso un embargo aéreo por su negativa a entregar a Estados Unidos o Gran Bretaña, a dos sospechosos del atentado contra un avión de Pan Am en la localidad escocesa de Lockerbie en 1988 en el que murieron 270 personas.

A finales de los 90, el país entregó finalmente a los dos sospechosos. Comenzaba así su periplo para lograr que Libia volviera a ser aceptada por la comunidad internacional. Aceptó culpas, pagó por los daños, ofreció petroleo y hasta se unió a la guerra contra el terror de George W. Bush.

En 2003 la ONU levantaba definitivamente las sanciones, Gadafi recibía a líderes internacionales en su jaima y viajaba de país en país con una guardia pretoriana de supuestas vírgenes.

En 2011, un vendedor de fruta tunecino se quemaba a lo bonzo y hacía saltar la chispa de la primavera árabe.

Perfíl de Libia:

Con 1.759.540 kilómetros cuadrados, Libia está habitada por unos 6,4 millones de habitantes.

Su capital es Trípoli. El idioma oficial es el árabe, con sectores reducidos de la población nativa que hablan en bereber. Por la conalización se habla inglés e italiano.

El 99% de sus habitantes son musulmanes suníes, la minoría cristiana es principalmente católica (0,2%). La tasa de alfabetización es de un 76%.

El Consejo Nacional de Transición (CNT) se formó en febrero pasado nada más comenzar la rebelión. Está presidido por Mustafa Abdelyalil, que anunció la formación de un gobierno de transición encargado de convocar elecciones, una vez que cayera el régimen de Gadafi.Su bandera tricolor -roja, negra y verde- con una media luna y en su centro una estrella de cinco puntas blancas sustituyó nada más comenzar la rebelión a la verde instaurada por Gadafi.

Su moneda es el dinar libio, con un PIB de 77.912 millones de dólares. Según el último informe de la OPEP (enero de 2011), Libia producía 1.574.000 millones de barriles diarios y exportaba el 79% de su producción a mercados europeos. Las exportaciones se vieron afectadas por la guerra.