El vecino de A Coruña acusado de abusos sexuales niega los hechos y argumenta que ese día estaba en su casa

El fiscal rebaja de siete a cuatro años su petición de prisión

El vecino de A Coruña, N.R., acusado de abusos sexuales, ha negado los hechos en la vista celebrada este jueves en la Audiencia Provincial de A Coruña y ha argumentado que ese día se encontraba en su casa. Por su parte, la víctima lo ha identificado en el juicio, como había hecho ya en fotografías y en una rueda de reconocimiento.

Según el escrito de calificación fiscal, sobre las 23.15 horas del 5 de octubre de 2009 el hombre, de nacionalidad marroquí, "con intención de satisfacer sus deseos sexuales", abordó a la joven cuando se disponía a abrir el portal de su vivienda, en el Paseo de Ronda en A Coruña.

Posteriormente, le levantó la falda llegando a realizar diversos tocamientos y a introducirle dos dedos en la vagina. El acusado se fue del lugar cuando la mujer logró introducirse dentro del portal y cerrar la puerta.

Además de siete años de prisión, el ministerio público pedía que se fijase la prohibición de comunicarse con la víctima durante nueve años. En sus conclusiones definitivas ha modificado, sin embargo, esta petición y ha solicitado cuatro años de prisión por abusos sexuales, la prohibición durante seis años de acercarse a la víctima y 3.000 euros de indemnización. La defensa reclama la absolución.

"victimas colaterales"

En su declaración, el hombre, repartidor de publicidad, ha señalado que ese día, "como todos" , tras su jornada laboral, cogió el bus para dirigirse a la casa en la que vivía junto a su novia y el hijo de esta. Asimismo, ha manifestado no conocer a la denunciante y estar bajo tratamiento psiquiátrico tras la denuncia.

El acusado ha trasladado también su confianza en la Justicia, mientras que su pareja ha asegurado que son "víctimas colaterales" de la denuncia. "Si tuviera la más mínima duda no estaría aquí", ha indicado al defender la inocencia de su novio.

Mientras, la víctima ha precisado que solo vio una parte de la cara de su agresor, en concreto sus ojos y su nariz, aunque volvió a identificarlo con el acusado en el juicio, a petición del fiscal.

Por otra parte, sostuvo que el autor de los hechos llevaba una sudadera "color granate oscura", mientras que el procesado sostuvo en su declaración que la que usaba en el trabajo era negra y con un distintivo de su empresa.

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