La liberación del soldado israelí Shalit, ¿éxito o acuerdo obligado por las circunstancias?

  • Israelíes y palestinos celebran el intercambio de prisioneros.
  • Un experto ve que el acuerdo fue precipitado por parte de Hamás.
  • Las circunstancias internas de Hamás e Israel pudieron forzar un acuerdo menos espectacular para todos de lo que parece.
El soldado israelí Gulad Shalit, días despues de haber sido liberado por milicias palestinas tras cinco años de cautiverio.
El soldado israelí Gulad Shalit, días despues de haber sido liberado por milicias palestinas tras cinco años de cautiverio.
Nir Elias / REUTERS
El soldado israelí Gulad Shalit, días despues de haber sido liberado por milicias palestinas tras cinco años de cautiverio.

La liberación del soldado israelí Guilad Shalit a cambio de 1.027 presos palestinos parece haber contentado, cosa rara en esta parte del mundo, a todos. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, asegura que ha cumplido "la misión principal que encontró en su mesa"; Hamás dice que es un "logro nacional"; los palestinos de Gaza y en el exilio lo celebran; se felicitan a las partes desde EE UU, la ONU, Francia, Reino Unido, Rusia...

"Hay un exceso de optimismo", explica Ignacio Terán, profesor del departamento de estudios árabes de la Universidad Autónoma de Madrid, "sobre todo por parte de los palestinos". "La imagen que se está dando puede ser perjudicial a corto plazo para su causa", asegura.

Para este académico canjes como este ha habido antes, pero en esta ocasión no se ha puesto en valor a los presos palestinos. El cambio de 1.027 por uno "no pone de manifiesto que, mientras el israelí era un soldado, muchos de los presos palestinos no estaban detenidos por acciones armadas -aunque los hay- y han sido arrestados en detenciones masivas y preventivas, sin cargos concretos". Y que el número de presos palestinos en cárceles hebreas es tremendamente superior al de israelíes en manos palestinas, ninguno tras el acuerdo. Además,  "queda la imagen de que Shalit es la víctima en todo el proceso".

También los flecos de la negociación -llevada sobre todo con mediadores egipcios entre Hamás e Israel- despiertan muchas dudas a Terán. "Se ha desestimado la liberación de determinados presos, algunos de los liberados tendrán que ir al exilio, por ejemplo a Turquía... Todo indica que ha habido precipitación, sobre todo por el bando palestino", explica este profesor. Las negociaciones por Shalit han durado, con altibajos y parones, cinco años desde el día de su secuestro, el 25 de junio de 2006.

La endeblez y la falta de compromisos futuros del acuerdo también presenta dudas para este experto. El propio primer ministro israelí, Netanyahu aseguró que era "el mejor acuerdo al que podíamos llegar" y manifestó que no había certeza de que en el futuro las condiciones para la liberación de Shalit no pudieran cambiar.

El gobierno hebreo lidia con dificultad este acuerdo, exitoso en apariencia, pero que no oculta que ha devuleto a la circulación a enemigos declarados del Estado. Netanyahu ya ha asegurado ser consciente del dolor de las familias israelíes al ver libres a los responsables de los ataques que acabaron con sus seres queridos.

Tras la liberación, el líder de Hamás Jaled Meshaal aseguró que "la lección de las negociaciones confirma que nuestro enemigo (Israel) no da ni presenta concesiones salvo si está obligado".

¿A qué se podía deber esta precipitación por llegar a este peliagudo pacto? "Las dos partes tenían prisa por presentar un éxito así". En un contexto de protestas en todo el mundo árabe -que también llegaron a Palestina-, "Hamás necesitaba afianzarse y presentar el canje como un éxito importante y venderlo como el camino a la reconciliación palestina". Israel, por su parte, "buscaría minimizar las masivas protestas sociales que ha sufrido su gobierno en los últimos meses", analiza Terán.

Los aspectos dudosos de la operación no ocultan otros positivos. "La mediación internacional ha sido importante y se ha demostrado que dos enemigos tan opuestos como Israel y Hamás han podido ponerse de acuerdo". Sin embargo, si eso no se traduce en avances reales como el "fin del bloqueo a Gaza -que se inició por el secuestro de Shalit- o el retorno a la mesa de negociaciones, diremos que todo esto no ha valido de nada", explica este académico.

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