La falta de limpieza en Madrid ya no solo se ve. Ahora también se huele. Y mucho. Los recortes en el servicio de recogida de basuras, combinados con las altas temperaturas, están haciendo aflorar los malos olores por todos los distritos de la capital. El origen del hedor está en las basuras acumuladas en los contenedores, pero también en los orines que impregnan las esquinas, en las manchas de aceite sobre la calzada y en los regueros que rezuman de las papeleras sucias.

Hasta la llegada de los recortes, estas manchas se limpiaban antes de que empezaran a desprender olor. Pero ahora el Ayuntamiento de Madrid ha pegado un tijeretazo del 15% en la limpieza viaria, lo que provoca que la suciedad permanezca pegada a las calles durante semanas. Como medida de ahorro, el Ayuntamiento reconoce que ha reducido la frecuencia de lavado de papeleras, ha suprimido las campañas especiales de limpieza, ha disminuido la plantilla de barrenderos en un millar de personas y ha reducido los baldeos en las calles secundarias, es decir, el lavado de asfalto y aceras con agua a presión.

Los efectos de estos recortes han comenzado a hacerse evidentes en las últimas semanas, como publicó 20 minutos el 3 de octubre. Tradicionalmente, el mal olor en Madrid se asociaba a los orines en las zonas de ocio del centro. Pero ahora se ha extendido a toda la capital y no solo se liga al incivismo ciudadano. "El baldeo es muy puntual en los barrios. Por las quejas que nos llegan, se limpian a fondo las calles principales, pero no tocan las secundarias. Está todo lleno de manchas de grasa y chorretones", apunta Francisco Caño, portavoz de Medio Ambiente de la Federación de Vecinos.

Los tres grupos de la oposición municipal y los representantes vecinales sacaron este martes los colores al área de Medio Ambiente, al preguntar por la suciedad en la comisión del ramo. La responsable del área, Ana Botella, evitó dar respuestas y dejó ese papel a la directora de Gestión Ambiental Urbana, Fátima Núñez.

La dirigente municipal admitió los recortes, aunque echó balones fuera culpando a Zapatero, "que fue quien impuso a las entidades locales la reducción del gasto público". Además, apuntó que las quejas vecinales por la basura han bajado un 7,1% este año. Sin embargo, este periódico ha recibido en el último mes un aluvión de cartas criticando la inmundicia.

"La falta de higiene es evidente, ya es un tema de salud pública. Pero no tomarán medidas porque no lo quieren ver", dice Jaime Berenguer, portavoz de UPyD. "Menos mal que lloverá pronto. Como siempre, Ana Botella se confía a la meteorología para que le solucione sus problemas", concluye Raquel López, de IU.