El "innovador" uso de un TAC en un esqueleto del siglo VI a.C. sitúa su muerte en un asalto a Gadir

Las "innovadoras" técnicas realizadas usando un TAC (tomografía axial computerizada tridimensional) --un método nunca antes realizado a un esqueleto completo antiguo--, sobre un individuo del siglo VI antes de Cristo hallado en la excavación del Teatro Cómico de Cádiz en 2008, constituye una "probable prueba física" del asalto a Gadir que describen los clásicos como Justino y Macrobio, según un estudio presentado este martes en rueda de prensa por los arqueólogos Pepe Gener y Juan Miguel Pajuelo y el paleopatólogo Manuel Calero.
Esqueleto De Un Individuo Del Siglo VI A.C. Hallado En El Teatro Cómico De Cádiz
Esqueleto De Un Individuo Del Siglo VI A.C. Hallado En El Teatro Cómico De Cádiz
EUROPA PRESS
Esqueleto De Un Individuo Del Siglo VI A.C. Hallado En El Teatro Cómico De Cádiz

Las "innovadoras" técnicas realizadas usando un TAC (tomografía axial computerizada tridimensional) —un método nunca antes realizado a un esqueleto completo antiguo—, sobre un individuo del siglo VI antes de Cristo hallado en la excavación del Teatro Cómico de Cádiz en 2008, constituye una "probable prueba física" del asalto a Gadir que describen los clásicos como Justino y Macrobio, según un estudio presentado este martes en rueda de prensa por los arqueólogos Pepe Gener y Juan Miguel Pajuelo y el paleopatólogo Manuel Calero.

Según han explicado, en junio de 2008, se descubrieron en el solar del antiguo Teatro Cómico de Cádiz los restos esqueletizados de un individuo en un estrato arqueológico correspondiente al siglo VI a.C., a una profundidad de casi ocho metros sobre el nivel del mar y cercano a un edificio construido a finales del siglo VIII a.C. con evidencias de un potente incendio.

Durante las excavaciones, no se halló indicio alguno de haber sido sometido a algún ritual de enterramiento, de forma que los expertos deducen que debió haber fallecido 'in situ', que tuvo que haberse descompuesto en el mismo lugar y que, posteriormente, fue cubierto lentamente, de forma natural, por la arena sobre la que yacía.

En su alrededor se encontraron abundantes vestigios de incendio, ya que la superficie de la arena estaba salpicada de pequeñas máculas de ceniza que iban aumentando en número y en intensidad. Según ha explicado Calero, en el posterior estudio macroscópico del cadáver, se descubrió también una lasca de material incinerado, adherido al cráneo.

Para su estudio, el hospital universitario de Puerto Real facilitó la realización de un TAC, un método "innovador que nunca antes se había realizado a un esqueleto completo antiguo", y que sí se había realizado, en cambio, a momias, ya que conservan los elementos blandos.

Pudo morir en el asalto a gadir

Aplicando métodos antropológicos, concluyen que se trataba de un varón, de una edad comprendida entre los 25 y los 30 años y una estatura "elevada para la época", ya que mide casi 1,78 centímetros.

Además, se detectó que presentaba una fractura en el fémur izquierdo, probablemente por una caída de considerable altura, así como una anomalía congénita que, clínicamente, presentaba síntomas de inestabilidad o vértigos.

Según los investigadores, el individuo es "el primero que ha aparecido en Cádiz en la posición en que probablemente le sobrevino la muerte", es decir, que no ha sido sometido a prácticas de enterramiento, "como los centenares que se han encontrado en la ciudad de Cádiz". Añaden que tampoco se conocen referencias bibliográficas de hallazgos de individuos "en condiciones parecidas, ni en la península ibérica ni en el resto de Europa".

Por eso, "remitiéndonos a aquella época histórica", algunas fuentes escritas aluden a un asalto a Gadir de Justino y Macrobio por parte de una coalición greco-tartésica. Según estos estudios, los gadiritas (fenicios de varias generaciones) llamaron en su socorro a Cartago, que varias décadas después parece que se instala definitivamente en Gadir y en buena parte de Hispania. Así, los arqueólogos concluyen que "para una época tan oscura, las únicas fuentes de que se dispone relatan un episodio de violencia en Gadir, por lo que el estudio de este individuo, es una evidencia que apunta a confirmar los hechos descritos por los clásicos".

Según Calero, este estudio se refuerza con la aparición de otro individuo de la misma fecha, también con signos de violencia (sin cabeza y con una gran piedra sobre sus piernas), que actualmente está aún en estudio, a la espera de otras pruebas técnicas "novedosas" como el ADN, la reconstrucción facial o el radiocarbono.

Los investigadores aseguran que probablemente, los estudios realizados en el Teatro Cómico sean "uno de los más completos", ya que está utilizando "más recursos técnicos de cuantos se realizan en la actualidad". Asimismo, aseguran que el individuo huyó del incendio e incluso tuvo que saltar de un lugar elevado, provocándole la fractura de la cabeza del fémur izquierdo. La pérdida de movilidad hizo que muriera en aquel lugar, probablemente por asfixia, ante la imposibilidad de alejarse.

Además, según los arqueólogos, los restos encontrados bajo el solar del Teatro Cómico de Cádiz, hace suponer que sean "el centro urbano más antiguo de Andalucía en cuanto a trazado de una ciudad", ya que han encontrado ocho viviendas, con dos calles bien trazadas.

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