Miles de 'indignados' se manifiestan en Pamplona para reclamar "una revolución global"

La concentración prevista a las 20 horas se convierte en una marcha sin incidentes por las calles de la capital navarra
Manifestación Del 15M En Pamplona
Manifestación Del 15M En Pamplona
EUROPA PRESS
Manifestación Del 15M En Pamplona

Más de 3.000 personas, convocadas por el Movimiento 15M Pamplona, se han manifestado este sábado por las calles de la capital navarra para reclamar "una revolución global" ante la situación económica, política y social actual, a pesar de que la convocatoria consistía en una concentración y una asamblea.

La marcha se enmarca en las movilizaciones secundadas en 80 países para reclamar un viraje en las políticas sociales, económicas y políticas de los Estados.

Los convocantes de la concentración, ante la imposibilidad de leer el comunicado previsto porque no funcionaba uno de los altavoces, han propuesto salir en manifestación, una marcha que ha sido secundada por miles de personas. Según han informado, los bares de la plaza del Castillo no les han permitido utilizar su electricidad para el altavoz "por amenazas de multa" por parte de la Policía.

Por ello, han decidido organizar una marcha que ha cortado el tráfico en varios puntos de la ciudad. Policías municipales y nacionales han desviado la circulación y han precedido finalmente a los manifestantes, sin que se hayan producido incidentes.

La marcha ha recorrido el paseo de Sarasate, la calle Taconera, el paseo del Bosquecillo, la avenida Pío XII, y la avenida del Ejército hasta la plaza de Merindades, desde donde han regresado al punto de partida, la plaza del Castillo.

Durante la marcha, los asistentes han coreado gritos como 'Lo llaman democracia y no lo es', '¿Por qué manda el mercado si yo no le he votado', 'Que no, que no, que no nos representan', o 'Gastos militares para escuelas y hospitales'.

"retroceso en conquistas democráticas"

Antes de la concentración, los 'indignados' han difundido un manifiesto en el que han criticado que "las conquistas democráticas que se lograron desde el final de la dictadura no sólo no se han ido extendiendo sino que, incluso, han retrocedido". Así, han señalado que "se ha introducido un fuerte verticalismo en las instituciones y se limita constantemente el derecho a la participación política".

"No se ha desarrollado ninguna herramienta de participación ciudadana y las existentes se encuentran con demasiadas trabas para su ejercicio real. En resumen, la democracia se reduce al ejercicio del derecho al voto una vez cada cuatro años, y no en todos los casos", ha censurado.

Además, han destacado que "la presión de determinados organismos internacionales, como el FMI, está convirtiendo en papel mojado los ya reducidos derechos de participación política". Así, han agregado que "las demandas ciudadanas que proponen diferentes reformas de la Constitución no son escuchadas y, sin embargo, a petición de los mercados, PP y PSOE pactan una reforma express de la Carta Magna que limita las posibilidades de endeudamiento y obliga, por tanto, a recortar el estado de bienestar".

A su juicio, "los mercados han estado jugando con la prima de riesgo de Portugal, Italia, España, Irlanda y Grecia" y el resultado es que "estos países se han visto obligados a destinar cada vez más dinero a pagar los intereses de la deuda y algunos -Portugal, Irlanda y Grecia- han acabado solicitando un rescate".

La contrapartida de estos rescates, han añadido, "han sido una serie de recortes sociales defendidos como inevitables". Según han afirmado, "algunos políticos se han convertido en entusiastas de esta sofisticada excusa para expoliar las arcas públicas. Otros, echando mano de la chistera a dos meses de las elecciones, prometen no hacer recortes y contentar a los mercados al mismo tiempo", han indicado.

"Llamadnos desconfiados, pero ni los mercados, ni los políticos que siguen sus dictados, son el tipo de personas a las que les dejaríamos las llaves de nuestra casa", han resaltado.

Finalmente, los 'indignados' se han preguntado que "si tiene algún sentido que diseñemos políticas económicas y sociales siguiendo los consejos de los mercados que han especulado con la deuda pública y han hecho subir el precio de los alimentos básicos en los países del sur".

"Nuestros gobernantes dicen que, guste o no, los mercados son los que tienen el poder, y pretender ignorar sus dictados es de inocentes idealistas. Por ello, nos ofrecen dos soluciones: recortar mucho o recortar aún más. ¿Pero acaso no es tarea de la política lograr que la justicia no s ea simplemente la ley del más fuerte?", han concluido.

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