El diputado foral vizcaíno de Presidencia, Juan María Aburto, ha presidido este viernes en el Palacio Foral de Bilbao, la entrega del Premio "Manuel Lekuona" de la Sociedad de Estudios Vasco-Eusko Ikaskuntza 2010, premio que esta edición ha recaído, de forma póstuma, en la persona de José Antonio Arana Martija.

La familia del premiado ha recibido el galardón, una escultura de Remigio Mendiburu, en el marco de una recepción, que también ha contado con la presencia del presidente de Eusko Ikaskuntza, Juan María Muñoa. La hija del galardonado, Maiteder Arana, ha querido expresar unas palabras de agradecimiento recordando la figura de su padre.

Por su parte, Juan María Aburto, también ha agradecido a la casi centenaria Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza la elección del Palacio Foral como sede para la entrega del Manuel de Lekuona 2010, esta edición a José Antonio Arana Martija.

El diputado foral se ha referido a él recalcando cómo "todos los vizcaínos y vizcaínas tenemos una deuda con José Antonio Arana Martija por su trabajo y aportación a la cultura vasca. Es un honor que una institución tan importante como Eusko Ikaskuntza realice esta entrega de premios en esta sede de todas las personas de Bizkaia".

La Sociedad de Estudios Vascos y la Diputación Foral de Bizkaia han recorrido a lo largo de su historia una senda común y una larga trayectoria en el desarrollo de la cultura vasca desde la fundación de Eusko Ikaskuntza en el año 1918. Esta institución fue fundada por las diputaciones de Bizkaia, Gipuzkoa, Alava y Navarra, con el objetivo de desarrollar y profundizar la cultura vasca.

Con respecto al premiado de este año, el diputado Juan María Aburto ha querido hacer suyas unas palabras de la diputada foral de Cultura, Miren Josune Ariztondo, ante el fallecimiento de Arana Martija.

"Se nos ha ido un intelectual vasco. Un sabio de la cultura vasca y de las culturas del mundo, en general. Para los jóvenes vascos de la década de los 70, para los que buscábamos algo mejor de lo que manejábamos entre manos, Euskaltzaindia era una referencia importante. Durante la dictadura, el sufrimiento de los que añorábamos la democracia y la libertad fue enorme. Pero, durante esos oscuros años, surgieron destellos de esperanza: las gau eskolas, las ikastolas, las entidades culturales, las campañas de alfabetización, las normas para escribir en euskara, las pautas iniciales del euskara batua", ha recordado Aburto las palabras de Miren Josune Ariztondo.

Tras un período de exilio en Francia, Arana Martija estudió Humanidades y Música en el Seminario de Vitoria, antes de licenciarse en Derecho y en Ciencias Económicas. Desde la década de los cincuenta, compaginó el trabajo en diversas empresas con la investigación en las áreas de música, euskera, historia, folklore y documentación.

Considerado como una de las figuras más activas en el estudio y la divulgación de la música vasca desde la segunda mitad del siglo XX, José Antonio Arana Martija es autor de una obra amplia y, en muchos sentidos, aún no superada. Así sucede con su libro Música Vasca, publicado en 1976 y reeditado posteriormente, que fue la primera, y hasta hoy única, recopilación global, extensa y documentada sobre la historia de la música autóctona.

También estuvo a su cargo la fundación y dirección de agrupaciones musicales, como las corales Santa Cecilia y Andra Mari de Gernika. Destacan, asimismo, sus informes para la mejora del sistema vasco de educación musical.

Bibliotecario de Euskaltzaindia desde 1978 y académico de número de esa institución desde 1988, José Antonio Arana Martija ha desplegado una ambiciosa labor como documentalista y bibliógrafo, dando como resultado importantes catálogos, cancioneros y otros acopios.

Miembro de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, fue presidente de su Sección de Música entre 1987 y 1990. También forma parte de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País y del Instituto Americano de Estudios Vascos.

Su compromiso político le llevó varias veces a la cárcel durante el franquismo. Con la democracia, fue elegido concejal de Gernika y diputado a Juntas Generales de Bizkaia.

El Premio Manuel Lekuona fue instituido por la Sociedad de Estudios Vascos en 1983 como reconocimiento a las personalidades de la cultura vasca cuya obra total (opera omnia) posea significativo interés.

Entre los galardonados en las ediciones precedentes se encuentran, entre otros, Jorge Oteiza, José Miguel de Azaola, Justo Gárate, Bernardo Estornés, Carlos Santamaría, José María Jimeno Jurío, Eugène Goyheneche, Micaela Portilla, Elías Amézaga, Menchu Gal, Montxo Armendariz o el propio Manuel Lekuona.