Según el psiquiatra Alberto Lasa, «estos niños padecen un problema preocupante de salud mental que, en algunos casos, puede detectarse antes de que el afectado cumpla los dos años».

Lasa dirigió ayer un simposio sobre trastornos mentales graves en la infancia dentro del XXII Congreso Nacional de la Asociación Nacional de Neuropsiquiatría, que se celebra estos días en Bilbao. Según explicó, las patologías de mayor incidencia en los primeros años de vida son la depresión y la ansiedad, mientras que años después, durante la adolescencia, son los trastornos de conducta, entre los que figuran la anorexia o los comportamientos violentos.

En estos casos, destacó la importancia de un diagnóstico precoz, «para mejorar el pronóstico y la calidad de vida» de los pacientes.

El psiquiatra resaltó que las intervenciones terapéuticas en niños y adolescentes necesitan de una formación específica, y explicó que la asistencia médica que se presta a este colectivo en Euskadi es mejorable. «En muchas ocasiones el sistema educativo ha asumido, en malas condiciones, el cuidado de multitud de niños psicóticos que no reciben tratamiento», señaló.

Más jóvenes pegan a sus padres

Según informó ayer el Ararteko, Iñigo Lamarca, los casos de violencia infantil y juvenil contra los progenitores sigue aumentando en Euskadi. No existen datos precisos, «ya que se trata de conflictos entre particulares, que no pueden llegar a la Oficina del Defensor del Pueblo como quejas», dijo. No obstante, precisó que durante la labor de oficio que realiza esta institución para conocer estas realidades, «hemos detectado que, desgraciadamente, sólo conocemos la punta del iceberg, ya que no sólo se trata de violencia física, sino también psicológica». Lamarca se comprometió a analizar este fenómeno.