Matthew Weiner, creador de la serie 'Mad Men', el pionero de la televisión elegante

  • La quinta temporada se encuentra en fase de producción y se emitirá en 2012.
  • 'Mad Men', que al principio no recibió apoyos, se ha vendido ya a 142 países.
  • El estilo de la serie ha sido heredado por otras como 'Pan Am' o 'The Playboy Club'.
Imagen promocional de la serie de AMC 'Mad Men'.
Imagen promocional de la serie de AMC 'Mad Men'.
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Imagen promocional de la serie de AMC 'Mad Men'.

Calificaron su idea de tontería y le dijeron que no sabía nada de televisión, pero el tiempo terminó por darle la razón a Matthew Weiner que ha visto cómo su exitosa serie Mad Men impone su estilo dentro y fuera de la pequeña pantalla.

El programa es el rey absoluto de los dramas televisivos en EE UU desde su debut en 2007 y se ha vendido a 142 países gracias a unos personajes humanos y unas tramas que, como los buenos guisos, se cocinan a fuego lento.

Mad Men se encuentra ahora mismo en fase de producción de su quinta temporada que se podrá ver en 2012, un tiempo de espera que desde el pasado jueves empezó a llenar el canal Sundance Channel España con la emisión semanal de un capítulo de la serie desde su comienzo.

"Una de las razones por las que nadie quería hacer el programa es porque pensaban que nunca se vendería fuera de EE UU", recordó Weiner en una entrevista celebrada en el cuartel general de Mad Men en Hollywood, entre botellas de licor y muebles vintage que recuerdan a las oficinas de la agencia de publicidad de la serie Sterling Cooper.

"Ahora está en todas partes y es popular", comentó Weiner quien no deja de sorprenderse por lo bien que ha funcionado su proyecto y la aparición de otras producciones que tratan de aprovechar el camino abierto por Mad Men y su evocación de la elegancia de los años 60, como Pan Am o el defenestrado The Playboy Club.

"Me siento tremendamente reivindicado. Esto es un placer para mí porque toda la gente que está haciendo esos programas rechazaron el mío. Me dijeron que nunca funcionaría, que era una tontería, que no entendía la televisión. Ver ahora cómo se suben al carro me hace sentir que admiten que yo tenía razón", explicó sonriente Weiner.

Un planteamiento complicado

El caso es que a primera vista Mad Men puede parecer un drama de época difícil de digerir que protagonizan unos machistas hombres de negocios, repeinados, fumadores, de traje y corbata, infieles y rodeados de mujeres que les hacen de comparsa, pero detrás de las apariencias hay un drama silencioso que relata un cambio social.

"Estoy haciendo una autopsia del mundo empresarial estadounidense", explicó Weiner para quien la serie ejerce de autocrítica con su país. "Recoge los años de nuestro mayor glamour, la imagen más positiva que EE UU ofreció al mundo y desde ahí la serie intenta encontrar qué fue mal", apuntó el guionista y productor quien en 1984 vivió en la capital de España, conoció la "movida" madrileña y las manifestaciones contra la OTAN.

Una de las claves de Mad Men, cuyo impacto trasciende el universo catódico y se ha convertido en fuente de inspiración para diseñadores de moda y buscadores de tendencias, es, según Weiner, su sofisticación y su apreciación por el espectador. "Lo hacemos desde la actitud de que la audiencia es siempre tan inteligente como nosotros", indicó el productor, en contraste con el hábito general de las cadenas que tratan de aglutinar al mayor número de espectadores posibles buscando "el denominador común más bajo", en palabras de Weiner.

Series como Mad Men o Los Soprano, han cambiado la forma en la que la industria valora dónde está el éxito comercial de un programa de televisión, antes se asumía que nadie nunca iba a pagar por esto", afirmó el ejecutivo, quien también fue guionista y productor en Los Soprano, serie que influyó en su proceso creativo.

Weiner admitió que le gustó el polémico final de Los Soprano, que decepcionó a muchos por su brusco fundido a negro sin una conclusión clara, algo que "solo David Chase (creador de Los Soprano) puede hacer", dijo."Fue un final de rock and roll. Sentí como si David Chase estuviera rompiendo su guitarra en el escenario. El clásico 'mandarlo todo a la mierda' del rock and roll", manifestó Weiner, quien no obstante apuesta por otro estilo para terminar Mad Men cuando se cierre la séptima temporada.

"Para mí literalmente es como hacer un postre, quiero tener el perfecto coñac, la cosa más pura que deje un regusto en la boca, pero dentro de los parámetros de la serie. No siento que tenga que sorprender", relató.

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