Levantada hace varias décadas, esta singular casita próxima a la calle Cerdá, en el barrio alicantino de los Ángeles, ha sabido sobrevivir a la despiadada vorágine constructora de la ciudad y ha mantenido intacta su sencilla y coqueta estructura.

Este barrio era antaño una zona del extrarradio de la ciudad donde los acomodados alicantinos se trasladaban para construir casas ajardinadas como Villa Pepita.

Los años han ido pasando, y el progreso de la ciudad ha obligado a muchos ciudadanos a vender sus pequeñas casitas que, irremediablemente, se han transformado en bloques de pisos.

Villa Pepita es una de las pocas y privilegiadas viviendas unifamiliares que existen dentro de la ciudad e incluso dispone de un privilegiado y sombreado jardín urbano.

Lo de sombreado está claro: los dos grandes edificios que le custodian hacen imposible que se pueda tomar el sol. Sin embargo, es perfecta para soportar el calor. Eso sí, está condenada al encajonamiento. ¿Te gusta el contraste?

Próxima entrega...ciudad jardín - polígono rabassa

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