Las precipitaciones acumuladas en el año hidrológico (del 1 de octubre de 2010 al 30 de septiembre de 2011) han superado los valores normales en Andalucía, Extremadura, Canarias, sur de Castilla-La Mancha e isla de Menorca y algunas zonas más reducidas de Asturias, Castilla y León, Madrid, La Rioja y nordeste de Cataluña.

Por otro lado, en amplias zonas de Andalucía y Canarias, así como en Menorca y en el extremo sur de Castilla-La Mancha las precipitaciones acumuladas han superado en más de un 25 por ciento a los valores medios, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) a 30 de septiembre.

Asimismo, en el resto de España este año ha sido más seco de lo normal, con un déficit relativo de precipitaciones más acusado, por encima del 25 por ciento, en la mayor parte de Valencia, en el oeste de Galicia y en algunas áreas del País Vasco, Navarra, sureste de Aragón, sur de Cataluña y norte de Castilla-La Mancha.

Por su parte, a nivel nacional, el año hidrológico (1 de octubre de 2010 a 30 de septiembre de 2011) ha terminado en valores normales de lluvias, aunque con un ligero superávit del 4 por ciento, ya que en este periodo se han acumulado 675 litros por metro cuadrado frente a un valor normal de 649 litros por metro cuadrado.

Así, el portavoz de la Aemet, Ángel Rivera ha indicado a Europa Press que el pasado año hidrológico que ha finalizado el pasado viernes se ha caracterizado por unas precipitaciones que promediadas a nivel nacional superan muy ligeramente los valores medios normales y porque éstas han estado repartidas de forma "muy desigual".

Concretamente las lluvias de los meses invernales acumularon un "apreciable" superávit de precipitaciones, ya que a finales del mes de marzo, el valor medio de las precipitaciones acumuladas desde el inicio del año hidrológico superaba a los valores medios en casi 100 litros por metro cuadrado.

Durante los meses de abril y mayo el superávit se ha mantenido con pocas variaciones "en general", a partir de junio se ha ido reduciendo de forma gradual por la escasez de precipitaciones de los últimos cuatro meses hasta que, al finalizar septiembre, quedaba en 25 litros por metro cuadrado.