Peritos dicen que el asesino de La Corredoria "fabricó una enfermedad mental para eludir a la justicia"

El juicio proseguirá mañana y el veredicto del jurado se conocerá previsiblemente este lunes
Abogados En La Audiencia Provincial
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EUROPA PRESS
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Varios psicólogos del Instituto Asturiano de Medicina Legal han opinado este miércoles que el hombre acusado de asesinar a su mujer en su domicilio de La Corredoria, en Oviedo, en febrero de 2010, "ha fabricado intencionadamente una enfermedad mental para eludir los efectos de la justicia y el reproche social".

Así lo han manifestado en la tercera sesión del juicio con jurado popular que se celebra esta semana en la Audiencia Provincial de Oviedo y en el que el único acusado, con antecedentes psiquiátricos que se remontan a 1968, manifestó no recordar "absolutamente nada" sobre lo sucedido.

En la sesión de este miércoles, la primera profesional ha explicado a través de videoconferencia que en los restos de sangre del cuchillo homicida y del jersey del acusado se hallaron restos del perfil genético de la víctima, Isabel Larriet, de 55 años.

A continuación, otros dos compañeros han indicado que su cuerpo presentaba una herida abdominal muy grave de doble trayecto, y otras lesiones en cuello, cara y cuero cabelludo cuando ésta estaba ya "prácticamente fallecida". Siempre se acuerdo a su pericia, la agonía de la mujer pudo ir de treinta segundos a un minuto.

Por su parte, la forense que participó en el levantamiento del cadáver ha narrado que cuando llegó al domicilio el acusado presentaba una actitud "fría y aséptica" y en ningún momento parecía desorientado.

La doctora ha precisado que en las entrevistas posteriores el hombre reflejaba una "amnesia selectiva, brusca y oscilante", que "a veces finalizaba en un punto y otras en otro". Además, ha recordado que una vez internado, el acusado decía que no sabía por qué su mujer no iba a verle y, sin embargo, en ocasiones hablaba de ella "en pasado".

Por todo ello, ha descartado que el procesado padezca esquizofrenia, como sí reflejan algunos informes médicos, puesto que no concurren en él síntomas similares al autismo, ni lenguaje desorganizado y "todos los delirios eran en beneficio propio".

"no existió brote"

De igual manera, ha subrayado que en ningún momento se han constatado alteraciones orgánicas propias de la epilepsia, por lo que su enfermedad podría corresponderse con un trastorno esquizo-afectivo, caracterizado por episodios de depresión y manía. Así, ha determinado que "pudo haber estrechamiento de conciencia", pero "no existió brote activo que pudiera justificar lo que hizo".

En este punto, ha abundado en que si la comisión hubiera sido fruto de una alucinación lo hubiera reconocido y el brote no habría remitido en horas, sino que habría persistido hasta que la medicación surtiera efecto.

Tras ellos, otros dos psicólogos se han referido al acusado como "el perfil más simulado" de sus 21 y 30 años de carrera profesional respectivamente. Ambos han manifestado con rotundidad que el acusado presentó durante los exámenes médicos "un comportamiento contradictorio de difícil diagnóstico" que responde, en su opinión, a un "intento deliberado de simular un trastorno psiquiátrico".

Tras considerar que "fue deshonesto en todos los procedimientos", han puesto también de relieve que cuatro días antes de la fecha del crimen acudió a consulta psiquiátrica y no refería las alucinaciones, a las que si hizo alusión con posterioridad.

Las acusaciones piden para M.R.P. entre 23 y 25 años de cárcel, mientras que la defensa solicita la libre absolución alegando enajenación mental. El juicio proseguirá mañana con la declaración de los psiquiatras y el veredicto del jurado se conocerá previsiblemente este lunes.

Los hechos

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el 27 de febrero de 2010 la pareja estaba sola en el domicilio familiar, cuando el hombre, "decidido a matar a Isabel", cogió un cuchillo robusto y dentado de 19 centímetros de longitud y 3,5 centímetros de anchura y se lo clavó varias veces.

Las primeras lesiones que le provocó eran de por sí mortales y, sin embargo, continuó clavándole el cuchillo cuando la mujer aún estaba viva y consciente, en el cráneo, la cara y el cuello. Cuando la mujer sufrió la agresión estaba en el sofá, desprevenida, y "no tuvo posibilidad real de defensa". El acusado, natural de Galicia, fue detenido como presunto autor de un delito de homicidio.

El hombre presenta varios antecedentes de ingresos psiquiátricos pero, pese al historial, la Fiscalía sostiene que en el momento de realizar los hechos "era plenamente consciente y dueño de sus actos" y "no tenía mermadas sus facultades cognitivas ni volitivas".

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