Un vecino de la localidad cántabra de Ramales de la Victoria ha sido detenido en una operación conjunta de la Guardia Civil y la Ertzaintza en la que se ha desarticulado una red dedicada al tráfico de drogas sintéticas en varias comunidades autónomas y que se ha saldado con la incautación de 124 kilos de distintas sustancias estupefacientes y 15 detenidos.

Además, se han realizado 12 registros domiciliarios, uno de ellos en Ramales de la Victoria, y se ha desmantelado un almacén-laboratorio de distintos tipos de drogas, según ha informado el Ministerio del Interior.

La mayoría de los integrantes de la red se dedicaban al mundo del transporte, utilizando rutas comerciales para transportar la droga que tenía como destino la Comunidad Foral Navarra, País Vasco, La Rioja y Cantabria.

Con esta operación denominada 'NASCAR', la Guardia Civil de Navarra en colaboración con la Policía Autonómica Vasca ha desmantelado una red de distribución de sustancias estupefacientes de diferentes clases, principalmente speed, cocaína, hachís, éxtasis, marihuana y cristal. También se ha logrado la intervención de vehículos, dinero en metálico, un arma corta y munición.

Estas investigaciones se iniciaron en el mes de junio cuando integrantes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Navarra, detectaron un claro incremento del consumo de speed en la Ribera Navarra.

Posteriormente, se cruzó con otra llevada a cabo por Agentes de la Ertzaintza de Vizcaya que investigaba al mismo grupo delictivo, por lo que la operación desde ese momento se realizó de forma conjunta y coordinada.

Los agentes de ambos cuerpos policiales constataron que se encontraban ante una organización perfectamente jerarquizada, teniendo cada miembro de la misma un cometido muy definido dentro de la red, desde los líderes hasta los encargados de la distribución a pequeña escala.

Modus operandi

Parte de este grupo organizado se dedicaba a la introducción de speed en la Comunidad Foral de Navarra para su posterior distribución en la zona de la Ribera del Ebro. Estos adquirían dicha sustancia a través de otros integrantes de la organización residentes en Cantabria y Vizcaya, quienes introducían la droga en España desde Holanda.

De este modo, tras varios meses de investigación, los agentes comprobaron que la mayoría de los integrantes de la organización se dedicaban al mundo de transporte de mercancías, aprovechando sus rutas comerciales para transportar la droga.