Alberto Marini: "Quería dar rienda suelta a esa envidia que todos tenemos reprimida"

Nació en Turín (1972), es licenciado en Derecho, fue productor ejecutivo de Rec y fundó la productora Rebelión Terrestre Films.
Nació en Turín (1972), es licenciado en Derecho, fue productor ejecutivo de Rec y fundó la productora Rebelión Terrestre Films.
AURELIA RODRÍGUEZ
Nació en Turín (1972), es licenciado en Derecho, fue productor ejecutivo de Rec y fundó la productora Rebelión Terrestre Films.

¿El escenario más cotidiano es el más sencillo de convertir en aterrador?

Esa es la idea que está detrás de la película y la novela. El protagonista es un envidioso porque no consigue ser feliz y le molesta que los demás lo sean. Se dedica a destruir la felicidad de quienes lo rodean. Lo hace con pequeñas cosas, detecta los detalles que hacen felices a los otros y los destruye. Es aterrador, porque es cercano y podría ocurrirnos a nosotros.

¿Cómo se le ocurrió un tipo así?

En 2007 fui a Manhattan con mi mujer a ver pisos. Vi que el portero allí era una pieza importante. Así surgió el personaje. Luego quise que hiciera de la envidia su filosofía de vida. La idea era que a esa envidia que tenemos todos reprimida él le diera rienda suelta.

¿Un malo justificable?

La apuesta no es quizá identificarse, pero sí sufrir con el villano. Lo que se propone es malo, pero el espectador y el lector sufrirán cuando no consiga llevarlo a cabo. Esto es lo que le fascinó a Balagueró. Que podríamos ser cualquiera si no reprimiéramos nuestra envidia. Es un personaje que no es un psicópata, si acaso un sociópata, pero nada violento, incluso aborrece la violencia. Su maldad está en su pensamiento, llevarlo a la acción le genera muchos problemas.

Y si además ese malo es Tosar... todo parece redondo, ¿no?

Sí, eso ha sido algo muy tranquilizador. Cuando escribes un guión, luego lo das a otras personas y finalmente tu guión se juzga por algo que han hecho otros. Lo mejor que te puede pasar es lo que me ha pasado con este guión: que te lo respeten todo. Estoy muy orgulloso de Tosar, pero también de todos los demás.

¿Vamos a pasar miedo?

No es una historia de sustos, pero estás asustado toda la película. Es un thriller que te atrapa y te despierta otras emociones. El juego es involucrar al espectador en un paradigma moral. Jugamos a un miedo invertido, miedo a que el mal no ocurra.

¿Por qué la novela después del guión?

Parte de la misma premisa, pero se desarrolla de manera distinta y el final también cambia. Tenía esa necesidad.

¿Está nervioso por Sitges?

Hoy estoy emocionado y quiero que llegue ya el sábado. Pero luego lo paso mal, aunque confío ciegamente en la película que ha hecho Jaume Balagueró.

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