El detenido en las inmediaciones de Toulouse (Francia) por el presunto homicidio de la sevillana M.C.E. y su hijo Antonio hace más de 18 años, G.R., llevaba una vida "aparentemente normal" en España hasta la reciente aparición de los restos en una finca de Almonaster de la Real (Huelva), momento en el que huyó al país vecino, donde actualmente permanece encarcelado a la espera de su expatriación.

Así lo ha confirmado en declaraciones a los periodistas en Sevilla el jefe superior de la Policía de Andalucía Occidental, Antonio Jesús Figal, quien ha destacado la "colaboración" de los cuerpos de seguridad españoles y franceses para la localización del presunto asesino.

Según ha apuntado Figal, el detenido llevaba "poco más de 20 días" en Francia cuando fue apresado el pasado viernes en los alrededores de Toulouse, por lo que el momento de su partida del país coincide en el tiempo con la localización de los cadáveres al fondo de un pozo en la localidad onubense de Almonaster. Hasta entonces, llevaba una vida "aparentemente normal" en España, ha asegurado Figal.

De este modo, el máximo dirigente del cuerpo policial ha explicado que el haber encontrado dichos restos hace casi tres semanas ha sido "una suerte", pues ha permitido reabrir la investigación del caso de la desaparición de María del Carmen y su hijo de cinco años, denunciada por el padre y la hermana de la víctima en 1994.

Asimismo, ha añadido que el detenido, natural de Bolivia de 52 años y por entonces pareja sentimental de la sevillana, no denunció su desaparición, alegando que ella "le había abandonado". Igualmente, el detenido afirmaba que se veía "periódicamente" con su hijo.

Por último, Figal ha señalado que éste es uno de los 250 casos que la Policía Judicial había puesto a disposición de la Policía Nacional este año que estaban sin resolver, de los cuales "ya se han resuelto entre 25 y 30", ha indicado.