Bilbao aparca la doble fila

  • La ciudad ha logrado reducir a la mitad este estacionamiento irregular: de 6.543 conductores sancionados en 2006 se pasará a poco más de 3.000 este año.
  • Aceras más anchas, pivotes y un mayor número de plazas de aparcamiento evitan que los vehículos interrumpan la circulación o provoquen atascos.
  • También se han dado soluciones para la carga y descarga de mercancías.
Un repartidor, trabajando delante de unos coches aparcados en doble fila en la calle Ibañez de Bilbao.
Un repartidor, trabajando delante de unos coches aparcados en doble fila en la calle Ibañez de Bilbao.
R. B.
Un repartidor, trabajando delante de unos coches aparcados en doble fila en la calle Ibañez de Bilbao.

Es el colesterol de las vías urbanas. La doble fila, considerada como una de las grandes dolencias que nutren a diario los atascos de una ciudad, es, a su vez, uno de los principales quebraderos de cabeza de los responsables de la circulación. Ahora, los de Bilbao dan dado con la fórmula –un conjunto de fórmulas sería más apropiado- para empezar a aparcar la doble fila. Porque en los últimos seis años, la ciudad ha conseguido reducir a la mitad esta práctica irregular.

Lo afirma Asier Abaunza, concejal delegado de Circulación y Transportes del Ayuntamiento bilbaíno, y lo constatan las sanciones a los conductores, el indicador más apropiado para cotejar este descenso. Si en 2006 la Policía Municipal bilbaína multó a un total de 6.543 conductores que habían aparcado en doble fila, en 2009 las sanciones habían caído hasta las 3.480, y este año lleva camino de reducirse aún más. Hasta el mes de agosto, los agentes cazaron a 1.800 conductores. ¿Cómo se ha logrado?

Bien es cierto que el correctivo económico de las sanciones suele disuadir a los conductores, pero la multa, por alta que sea, "nunca ha dado buenos resultados", sostiene el presidente de Automovilistas  Europeos Asociados, Mario Arnaldo. Por el contrario, el Ayuntamiento bilbaíno ha optado, directamente, por soluciones a pie de calle y de calzada. La principal pasa por obligar a los conductores a aparcar bien. O, dicho de otro modo, por impedir físicamente que los coches estacionen en doble fila.

Así, por ejemplo, durante los últimos años las aceras se han ensanchado en todo el centro de la ciudad. La calzada, por tanto, limita su anchura al paso de un único vehículo. "Esta fórmula ha permitido también cambiar el aparcamiento de las calles a batería, con lo que se sacan más plazas", apunta Abaunza, quien incide en que, al mismo tiempo, se cumplen las normativas de accesibilidad.

Junto a ello, se han creado las novedosas orejetas en los cruces, que evitan que los coches aparquen en las esquinas de las calles, un recurso muy habitual de los conductores que puede impedir el giro de autobuses o camiones. También se han colocado pivotes –unos 10.000 en cinco años– en las aceras, que impiden a los vehículos estacionar entre la calzada y la acera, en semidoble fila.

Junto a las medidas más restrictivas, que llevan aparejadas muchas veces las encendidas críticas de los conductores, la ciudad también ha optado por ampliar las plazas de aparcamiento. Tanto en superficie, como en parkings subterráneos. Sólo en los últimos tres años, Bilbao ha ganado 3.000 plazas de aparcamiento, 2.000 de ellas en el subsuelo.

Todo ello ha dado una mayor agilidad al tráfico la ciudad. "En las calles donde antes lo más habitual era pararte varias veces, ahora se notan más descongestionadas; las carreras son más rápidas y eso nos conviene", explica Miguel Ángel Gil, taxista bilbaíno con 25 años de profesión a sus espaldas.

Porque la doble fila obstaculiza el tráfico, de eso no hay duda. En cualquier caso, un estudio del Ayuntamiento, elaborado en 2006, lo confirmó. El análisis revelaba que un único vehículo aparcado durante diez minutos en doble fila y obstaculizando un carril repercutía en un total de 700 coches. La comprobación se efectuó en cruces como el de las calles Buenos Aires y Colón de Larreategui y constató también que hacían falta, tras la retirada del vehículo, 40 minutos para restablecer la situación. En este tiempo, los coches afectados habrán perdido un total de 30 horas en la espera.

Ahora, como Gil, muchos profesionales de la conducción reconocen que Bilbao es una ciudad más fluida, pero no niegan que la doble fila sigue siendo un problema. De hecho, trazan el mapa del aparcamiento irregular y señalan algunas de las principales arterias como las más conflictivas: Mazarredo, Alameda de Urkijo, Ibañez de Bilbao…

Medidas para mejorar la carga y descarga

Pero hay conductores que no aparcan en doble fila por mero capricho. "Si la zona de carga y descarga está ocupada, ¿cómo descargo yo?", se queja Mikel, un joven repartidor de una cadena de supermercados. "Los transportistas, en el reparto de lo que se llama la última milla, son, en gran manera, causantes y sufridores de las dobles filas", reflexiona Esther Álvarez, profesora de la universidad de Deusto y especialista en logística. Aunque también para los 17.000 transportistas que trabajan a diario en Bilbao se buscan soluciones.

El Ayuntamiento bilbaíno, de hecho, ha sido pionero a la hora de buscar iniciativas que hagan más fácil el reparto de mercancías en la ciudad y, al mismo tiempo, desatasquen las vías urbanas. Dentro del proyecto europeo Freilot, ya se han probado con éxito la distribución nocturna de mercancías y la habilitación de un carril multiusos apto para la carga y descarga y para el aparcamiento de particulares en diferentes momentos. No ha dado tan buenos resultados, reconoce Abaunza, la reserva dinámica de las plazas de carga y descarga a través de Internet. En cualquier caso, tras la prueba piloto, se seguirán extendiendo estas iniciativas. La salud circulatoria de Bilbao está en juego.

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