El futuro de las pensiones en España pasa por un sistema de "ajustes automático", según el investigador de la Universidad de Extremadura (UEx) Víctor Valentín Píriz.

La crisis económica y financiera que desde el año 2008 afecta a los países desarrollados ha puesto de manifiesto las "debilidades" de los sistemas de protección social, en especial los referentes a las pensiones.

Ante este escenario internacional, resulta "indispensable" para todos los países configurar "métodos sostenibles a largo plazo" que "garanticen" a los ciudadanos el acceso a la pensión que cotizan a lo largo de su vida laboral.

Víctor Valentín Píriz ha abordado en su trabajo de investigación el sistema de pensiones español frente al de los países del G20, las mayores economías del mundo.

La principal conclusión del estudio radica en que el sistema de pensiones público español resulta "inviable" tal y como se concibe en la actualidad.

"Hay demasiadas variables negativas para el futuro, que todas sumadas pronostican un horizonte complicado para el sistema de protecciones sociales", ha expuesto.

Las pensiones españolas, como la mayor parte de los países del G-20, se asientan en un sistema de tipo reparto, es decir, en el principio de solidaridad intergeneracional: la generación que ahora mismo está en activo está financiando a los perceptores de estaciones actuales. Enfrente se encuentra el sistema de capitalización individual, utilizado por ejemplo en Italia, consistente en que cada individuo cotiza para sí mismo y para su futura prestación.

"Basándonos en el principio de solidaridad intergeneracional, es dramática la estadística que muestra el estudio de AGETT (Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal) ya que prácticamente hay una persona activa para una persona perceptora de prestaciones en Extremadura, lo que hace absolutamente inviable el sistema a medio y largo plazo", ha destacado Píriz.

En España, se ha incrementado el número de pensionistas desde los 4,4 millones que existían en 1980 con una pensión media de 480 euros a los 8,75 de la actualidad y con 798 euros de media.

Según las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística, si hoy en día se contabilizan 7,9 millones de españoles mayores de 65 años (el 17% de la población), se prevé que en 2050 la cifra suba hasta el 32%, así como la tasa de dependencia, lo que provocará que las personas que no estén en edad de trabajar pasen del 24,4% actual al 59%.

Si en estos momentos la proporción de cotizantes por beneficiario de pensión es de 4 a 1, en el horizonte de 2050 se prevé que sea de 1,7 y el gasto de pensiones se incremente al 15,5% frente al 8,9% actual.

El futuro de las pensiones en españa

El futuro del sistema de pensiones en España pasa por un sistema de ajustes automático, en función de diversas variables como la edad media de la población, edad media de incorporación al mundo laboral, las tasas de paro y de actividad y la esperaza de vida. Otras variables a tener en cuenta son el importe de la pensión a recibir y la edad a la que deben jubilarse los españoles.

Las altas tasas de dependencia que se esperan en los próximos años urgen a buscar nuevas soluciones que sin duda contemplarán medidas de incremento de la natalidad y favorecer la conciliación entre la vida familiar y profesional de los padres.

Además, la decisión de ampliar la edad de jubilación a los 67 años será a su vez insuficiente con las expectativas actuales.

Informes como el 'Libro Verde sobre adecuación, sostenibilidad y seguridad de los sistemas europeos de pensiones', que recomienda mejorar el equilibrio entre el número de años que una persona está en activo y el número de años que cobra las prestaciones, implica seguir imponiendo medidas duras como las tomadas recientemente en España y en casi todos los países de la Unión Europea.

"Se está transitando por el camino correcto en este ámbito, aunque sin duda los problemas no son generales. En España se observan problemas de demografía con mayor virulencia que en otros países", ha admitido Víctor Valentín Píriz.

El investigador puntualiza que "no peligran" los sistemas porque se está trabajando activamente en ellos, aunque sí se tienen que "equilibrar" los balances de los sistemas de pensiones.