El arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz, ha considerado que la obligación del Gobierno del Principado, presidido por Francisco Álvarez-Cascos, de gestionar la Administración autonómica con la herencia recibida del Ejecutivo socialista de Vicente Álvarez Areces no permite analizar "si está acertado o equivocado, ni si va lento o deprisa en la toma de decisiones".

Sanz Montes ha hecho esta reflexión durante una entrevista concedida a Europa Press, en la que ha reiterado su "inmenso respeto por el presidente y su Gobierno" y su interés en que la comunidad "vaya bien".

De este modo, ha señalado que los buenos deseos expresados durante las últimas celebraciones religiosas "no eran un detalle de buena educación, sino un deseo sincero al presidente y al alcalde de Oviedo". No obstante, ha precisado que siempre ha rezado "por todos los gobernantes", incluidos "los más ajenos" a su posición.

El prelado ha revelado que tras el cambio de gobierno los cauces relativos a prestaciones sociales, educación y patrimonio han vuelto a abrirse con personas designadas por ambas partes para el seguimiento de los temas. "Cuando termina la legislatura se cierra todo, el nuevo Gobierno podría no haberlos abierto", ha precisado.

También en clave política, Sanz Montes ha saludado la iniciativa de apoyar a las madres gestantes en situación de desamparo anunciada por la consejera de Bienestar Social y a la que la Iglesia "se anticipó", con una "multitudinaria" recogida de firmas. "Las madres en situación de riesgo son un colectivo de primer orden. Todo lo que sean iniciativas en beneficio de la vida serán bienvenidas", ha subrayado.

Por último, preguntado por los proyectos para la recuperación de la Memoria Histórica, se ha mostrado partidario de "hacer lo imposible por no levantar las heridas que tanto nos costó cerrar", fruto de un encuentro "fraticida" -la Guerra Civil-. Así, y tras considerar que las fosas de ambos bandos son "terribles", ha invitado a "no hacer de lo que nos separa un arma arrojadiza".