La Generalitat quiere que el 70 % de las motos que se vendan en Cataluña en 2020 sean eléctricas (con ayudas de hasta 750 euros), un objetivo del nuevo Plan de Calidad del aire para reducir la polución en Barcelona y su entorno, que incluye un control exhaustivo de los coches más contaminantes.

El objeto principal de este plan (que tiene su horizonte fijado hasta 2015) es cumplir con los niveles de contaminación máximos fijados por la UE para el dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas en suspensión PM10 (menores de diez micras), provocados principalmente por el tráfico, y que suponen un problema en varias ciudades españolas que podrían conllevar a una sanción por parte de los organismos comunitarios.

Si se aplican las 34 medidas recogidas, el Govern espera conseguir en 2015 una reducción de emisiones del 20 % del N02 y del 16 % de las PM10 (con respecto a datos de 2008), dos contaminantes muy perjudiciales para la salud. El plan, que incluye actuaciones especialmente dirigidas a reducir la contaminación del tráfico urbano y terrestre (que genera casi el 50 % de la contaminación de este tipo, el 98 % en el caso urbano), recoge también iniciativas dirigidas a actuar cuando se produzcan episodios ambientales que favorezcan situaciones de alerta (anticiclones persistentes en invierno).

Gran parte de las medidas que recoge el documento se basan en el desarrollo del Plan Nacional del Ministerio de Medio Ambiente, que prevé el etiquetado en cinco categorías de los coches por su grado de contaminación, y que permitirá evitar que los menos limpios puedan entrar en las denominadas Zonas de Urbanas de Atmósfera Protegida en caso de que se produzcan situaciones de emergencia. Este documento base será remitido al Gobierno central para que, junto con el de otras administraciones autonómicas, y el Plan Nacional elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente, se remita en breve a los organismos comunitarios.