El Supremo de EE UU rechaza la petición para suspender la ejecución de Troy Davis

  • Estaba prevista para esta noche, pero los abogados habían logrado retrasarla en el último momento apelando al alto tribunal.
  • Davis fue sentenciado a la pena capital por matar a un policía en 1989.
  • Su caso, lleno de irregularidades y presentado como prototipo de un negro condenado injustamente, ha levantado críticas en todo el mundo.

La Corte Suprema de EE UU rechazó en la noche de este miércoles una petición de la defensa de Troy Davis, condenado a muerte por el asesinato de un policía en 1989, para suspender su ejecución, que estaba programada inicialmente para las 23.00 GMT (la una de la madrugada, hora peninsular española), en el estado de Georgia.

Los abogados de Davis habían pedido a la Corte Suprema de EE UU que suspendiera su ejecución mediante inyección letal, pero, tras unas cuatro horas de deliberación, el alto tribunal rechazó suspender la ejecución de Davis, sin emitir comentarios sobre su decisión, por lo que se retomaron los preparativos para llevarla a cabo en la cárcel de Jackson, en Georgia.

A las afueras de la cárcel se hizo el silencio entre los cientos de manifestantes que se habían congregado para pedir clemencia para Davis ante las dudas sobre su culpabilidad, según mostraron las televisiones.

Mientras, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que el presidente de EE UU, Barack Obama, no va a intervenir en el caso, pese a que ha recibido solicitudes al respecto por las dudas que existen sobre la culpabilidad de Davis. "No es apropiado para un presidente de Estados Unidos intervenir en casos específicos como éste", sostuvo Carney en un comunicado.

El portavoz recordó que, durante su época como senador, Obama "trabajó para asegurar la exactitud y la equidad en el sistema de justicia criminal, especialmente en los casos de la pena capital".

Desde el Papa hasta Jimmy Carter

El caso de Davis, de 42 años y presentado por su defensa como el prototipo del negro condenado injustamente por la muerte de un blanco, ha reabierto el debate en torno a la pena de muerte en EE UU, y cientos de personas se han congregado a las afueras de la cárcel de Jackson (Georgia) para pedir clemencia.

Por la conmutación de la máxima pena contra Davis han rogado desde el Papa Benedicto XVI hasta el expresidente estadounidense Jimmy Carter, así como un millón de personas en todo el mundo en una campaña de firmas.

Davis fue condenado a muerte en 1991 por el asesinato en 1989 de Mark MacPhail, agente de policía de la localidad de Savannah. Siete de los nueve testigos que declararon en su contra en el juicio posteriormente se retractaron, según su defensa.

Además, en el juicio inicial, el jurado no dudó en declarar culpable a Davis, a pesar de que no se le atribuyera un móvil concreto o se encontrara un arma identificable.

Sin embargo, los fiscales se apoyan en un informe de balística que sostiene que había similitudes suficientes entre los casquillos de bala encontrados en el sitio del homicidio y los hallados en el lugar de otro tiroteo ocurrido más temprano como para demostrar que podrían haber provenido de la misma pistola.

Según la fiscalía, Davis primero hizo disparos durante una fiesta en torno a una piscina en el barrio Cloverdale de Savannah e hirió a un hombre en la cara, y luego disparó y mató a MacPhail.

Las autoridades penitenciarias estadounidenses negaron este martes a Davis la posibilidad de someterse a una prueba de polígrafo (detector de mentiras) para demostrar su inocencia, según informó uno de sus abogados.

"Hemos venido aquí para intentar demostrar que el señor Davis es inocente. Desgraciadamente, el Departamento de Corrección nos ha negado esa oportunidad", declaró Stephen Marsh, según el periódico Atlanta Journal Constitution.

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