El presidente de CEOE, Juan Rosell, se ha mostrado convencido de que es "muy difícil" que el continente europeo no se salve conjuntamente ya que "hemos llegado al punto final" y ha asegurado asimismo que el objetivo final de una Europa fuerte, consolidada y diferente "es posible".

"Veo muy difícil que no se salve Europa conjuntamente. Hemos llegado al punto final", ha insistido Rosell en su intervención este miércoles durante la inauguración de la nueva sede de la patronal de Castilla y León, en Valladolid. A su juicio, la gran pregunta en estos momentos es cómo afrontar conjuntamente el "barco europeo" donde "estamos todos" aunque algunos, en referencia a países como Grecia, con "gravísimos problemas" por no haber gestionado bien en los últimos años el crecimiento y la deuda.

Rosell se ha referido a una reciente estancia en Hamburgo en la que empresarios alemanes no dudaron en la necesidad de "tragarse este sapo" en favor de esa Europa fuerte, consolidada y diferente después de que se tragasen "los sapos con la integración de la Alemania del Este". El presidente de la patronal española ha asegurado que los empresarios franceses e italianos también mantienen esa convicción por lo que ha vuelto a apelar a la unión de todos al mismo tiempo que ha defendido que si España se pone a ello "en los próximos años lo puede hacer".

En su mensaje ante los empresarios de Castilla y León, Rosell ha recordado que, a pesar de haberse endeudado "como otros países", España ha hecho muchas cosas buenas en los últimos años, como la puesta en marcha de nuevas infraestructuras, y, tras reconocer que en algunos casos no se ha puesto el pie en el acelerador, ha recomendado no ser "tan pesimistas" ya que "España tiene futuro si llevan a cabo las reformas estructurales" que necesita.

Así, ha insistido en la necesidad de finalizar la reforma financiera, un asunto que se ha hecho "rápidamente y bien" en los últimos meses pero que, según ha admitido, se podría haber empezado antes. Rosell ha puesto sobre la mesa también la necesidad de afrontar las reformas de la función pública, la política laboral o de la estructura de funcionamiento de las leyes ante la proliferación de páginas en los boletines oficiales, "una auténtica barbaridad que quita competitividad al país".

"Ha llegado el momento final de ponernos la mayoría de acuerdo y cuando digo la mayoría son las grandes mayorías", ha continuado Rosell, quien, tras admitir que no va a ser fácil, se ha mostrado convencido de que España está en disposición de hacerlas bien y sin romper la cohesión social "para hacer de este un país competitivo y que tenga servicios públicos", independientemente de que sean públicos o privados.

Entre sus recetas para hacer de España un país competitivo, Rosell ha abogado por el pragmatismo y por no diferenciar entre la necesidad de servicios públicos o privados ya que, a su juicio, hay que apostar en todos los casos por los que mejor funcionen. Así, ha reconocido que en España hay servicios públicos que funcionan bien y otros que funcionan mal, como en el caso de los privados, que, de ser así, cierran. Rosell ha considerado que si ocurre esto en el caso de los públicos hay que cambiarlos o apostar por la colaboración público-privada.

En su alocución, Rosell ha recordado que en los últimos 30 años de historia se ha construido un "país importante" perfectamente comparable con los grandes países europeos y se ha mostrado convencido de la necesidad de mantener y mejorar "un estado de las autonomías fuerte y sólido y absolutamente enraizado" por su capacidad de conexión con los ciudadanos.

Juan Rosell ha reconocido las dificultades económicas por las que atraviesa España pero ha aclarado que no es problema exclusivo de este país sino que afecta a los grandes países europeos que tienen "los mismos problemas que aquí, ni diferentes ni mayores ni peores sino similares aunque con sus características".