Con temas de fondo nada familiares (drogas, enfermedad, ambición...) y profusión de escenas violentas, podría decirse que Breaking Bad es la serie de culto menos apta para menores. Sin embargo, nada detiene a los humoristas Rhett & Link, empeñados en convertir filmes y series de culto en musicales de escuela primaria. Tras hacer lo propio con Star Trek, una tarea mucho más fácil, ahora la pareja convierte a un grupo de modélicos alumnos en Walter White, Jesse, Gus y compañía. Con algunos cambios, eso sí: la metanfetamina azul se transforma en caramelos, pero muchos de los momentos más truculentos del serial permanecen inalterados, sobre todo cierta cabeza reventada. Porque, como sabemos, la censura siempre tolera con más facilidad la violencia que las drogas o el sexo. Ahora, a ver si hay narices de hacer lo mismo con The Wire, Los Soprano o Juego de tronos...
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