Malos tiempos para la universidad española. Los altos niveles de desempleo y las malas perspectivas económicas para el futuro han provocado un aumento en la demanda de estudios superiores, lo que ha llenado aún más los campus de este país. Si a eso se suman los drásticos recortes llevados a cabo por las administraciones públicas, se avecina un panorama con una "merma en el desempeño de las funciones esenciales que la sociedad asigna a la universidad", tal como denunciaron recientemente los rectores en un comunicado.

Los propios responsables de la universidad contabilizan los recortes presupuestarios entre 600 y 800 millones de euros en los últimos dos años. Una reducción que aleja aún más a España del objetivo de igualar su gasto público en universidades respecto a los países más desarrollados: actualmente destinamos cerca del 0,9% de nuestro PIB a los campus, frente al 1,3% de países como Francia. Según los propios responsables de la educación superior, los recortes en los centros están provocando fuertes endeudamientos en los mismos y retrasos en el pago a proveedores.

Pese a que la afluencia de estudiantes es mayor que en años anteriores, la oferta de plazas también se ha visto recortada.

En el curso 2011-2012, se ofertarán 330.621 plazas en el conjunto de España, 5.500 menos que hace apenas un año, según datos del Ministerio de Educación. Los graves problemas económicos de la universidad están causando además subidas en el precio de las matrículas. Comenzar el curso será así entre un 3,6% y un 7,6% más caro, tal como anunció en mayo el ministro de Educación, Ángel Gabilondo. Es cada comunidad la que decide qué aumento aplicar dentro de esa horquilla.

Para optimizar los recursos y evitar el abuso de los servicios públicos se pondrá en marcha además la penalización por tercera matrícula: el que se presente por tercera vez a la misma materia tendrá que abonar el coste de la matrícula completa, sin subvención estatal. "Lo público no quiere decir exactamente gratis, sino que lo pagamos entre toda la sociedad, pues es tiempo de crisis para quienes no están en la universidad y tienen que pagar con sus impuestos las matrículas", indicó Gabilondo.

En otros países europeos, las medidas fueron mucho más duras. Así, en el Reino Unido el nuevo Gobierno de David Cameron triplicó el precio de las matrículas (hasta 9.000 libras al año) en 2010.

La merma en el gasto público en las universidades ha provocado, según los propios rectores, una bajada en su calidad y prestigio, lo que ha causado un descenso en el escalafón internacional. Así, tres de las cuatro mejores instituciones españolas (Universidad Autónoma de Barcelona, Universidad de Barcelona y Universidad Autónoma de Madrid) han retrocedido varios puestos en la lista clasificatoria QS, en la que se sitúan los 300 mejores centros de estudios superiores del mundo.