La 39ª Feria del Libro de Valladolid servirá para que, el próximo sábado, se presente el "Diccionario del Nuevo Mundo".
En la obra se muestra lo que, según la documentación manejada por Tello Mañueco, fue una realidad: "El casi total exterminio" de esas civilizaciones, la imposición a la fuerza de la religión católica sin respetar las costumbres de los nativos y sus formas de vida ocasionó una gran mortalidad debido a enfermedades, malo tratos e incluso a suicidios colectivos provocados por esa situación.
La obra de Mañueco abarca el periodo comprendido entre la gesta del descubrimiento (1492) y la refundación de la ciudad de Buenos Aires a cargo de Juan de Garay (1580), y en ella se recogen cerca de 250 capitanes, cabecillas y jefes de expedición -ordenados por orden alfabético.
De esta manera, este licenciado en Historia en la Universidad de Salamanca ha catalogado las principales incidencias y protagonistas de las incursiones por Brasil, Chile, Cuba, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay y Venezuela.
Saqueos y muerte
Enciclopedias, historias generales y crónicas de los propios protagonistas de la conquista -como fueron las de Bernal Díaz del Castillo, Cieza de León y Franciso de Jerez, entre otras-, las fuentes bibliográficas utilizadas para la elaboración de esta obra han sido múltiples y variadas.
Con ellas, Tello Mañueco constata cómo en poco más de tres décadas -desde la llegada de los españoles a las Islas Antillas (Cuba, La Española, Jamaica y Puerto Rico)- en estos lugares la población pasó de 800.000 habitantes a poco más de 50.000 almas.
La codicia fue la característica fundamental de la conquista, de tal manera que tanto en los escritos de los cronistas que participaron en la conquista como en las cartas que dirigen a la Corona, "lo primero que describen de los pueblos con los que entran en contacto son las joyas de oro con las que se adornan los nativos".
Los Austrias y sus guerras
En poco más de cien años, subraya el historiador palentino, "de las minas americanas llegaron a España 200.000 kilos de oro y 17 millones de kilos de plata, aunque estudiosos del tema, como Ramón Carande, doblan esta cifra".
Procedían principalmente de las minas de Zacatecas y Guanajuato, en México, y de Potosí, en la actual Bolivia.
Pero "por desgracia, nada más tocar las costas españolas, estas enormes riquezas iban a parar a los banqueros genoveses y alemanes, con los que estaban endeudados los Austrias a causa de sus costosas e interminables guerras", aprecia Mañueco.
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