Algo tan simple como un cartucho de tinta trae de cabeza a los vecinos del suroeste de Madrid que necesitan documentos del Registro Civil. Desde hace aproximadamente un mes, las oficinas del partido judicial de Navalcarnero no pueden expedir certificados de defunción, nacimiento o matrimonio porque una impresora se quedó sin tinta. Este registro engloba a 22 municipios del suroeste madrileño (como Navalcarnero o Arroyomolinos), en los que viven 117.947 personas, según el padrón del INE.

Entre los afectados están Domingo y Almudena, padres de un joven fallecido en accidente de tráfico. Necesitan el certificado de defunción para anular las cuentas del banco y hacer trámites con los seguros o Hacienda. Pero en el Registro Civil les contestaron que "no es posible hacer entrega de dicha certificación por carecer de tinta", según consta en un documento sellado por la secretaria judicial (ver foto).

"Hemos perdido a nuestro hijo y, en lugar de facilitarnos las cosas, nos ponen trabas. ¿Cómo puede un juzgado estar paralizado por falta de tinta?", protesta Almudena.

La prima del fallecido Mª Ángeles de Diego escribió a 20minutos para denunciar los hechos: "Incluso les he propuesto comprar yo la tinta o imprimirlo en otro sitio, pero dicen que solo se puede hacer con los suministros de la Comunidad y con un programa informático exclusivo", cuenta.

El suministro y la provisión de materiales en las dependencias judiciales es competencia de la Comunidad. Según fuentes del Registro de Navalcarnero, "se han solicitado dos pedidos de tinta: uno en junio, cuando el cartucho estaba terminándose; y otro en agosto, cuando ya no quedaba tinta".

La Consejería de Justicia reconoce que "hay una impresora que falla; está descatalogada y hay problemas para encontrar suministro de tinta para ella". Sin embargo, "hay otras cuatro impresoras en red que se podrían usar; no entendemos por qué no se lo imprimen, así que la Dirección de Justicia lo investigará", apuntó una portavoz regional. Además, se comprometen a expedir los documentos a los afectados "esta misma semana".

"La paralización de un juzgado por falta de tinta es surrealista y no es habitual que se llegue a estos extremos", según Alberto García, del sindicato STAJ. Sin embargo, "sí es cierto que los pedidos de material se suelen retrasar y por eso se solicitan con muchísima antelación".