El pregonero del XVI Día del Palentino Ausente, el productor y guionista de televisión y cine Iván Escobar, ha realizado un recorrido por los olores y sabores de Palencia, su "auténtico hogar", durante su pregón, así como por los lugares y recuerdos de su infancia.

Escobar ha destacado que para él Palencia "tiene sabor a torrezno del Trompadero, queso de Ampudia, café de Seda y a lechazo de Villasirga", sin olvidar el olor a tortilla de patata que su madre hacía en el ya desaparecido restaurante Zaguán.

Pero como no sólo de pan vive el hombre, para el guionista y productor, que abandonó Palencia para ir a estudiar a Salamanca y luego a Madrid a trabajar, también conserva de la capital imágenes imborrables.

"La feria que venía en San Antolines, con sus coches de choque y su noria, que se instalaba detrás del colegio Maristas" o el tercer barrio, "con sus calles estrechas y sus casas de adobe", son otros de los recuerdos, a los que se suman el Cristo, el quiosco de la Perea en la calle Colón o el cine de los Luises de la plaza San Francisco, porque para Iván Escobar, Palencia "era una territorio de fantasías y leyendas".

Escobar ha hablado de todos sus recuerdos "con nostalgia" porque son imágenes del pasado ya que, como ha reconocido, su generación ha tenido que emigrar en busca de "oportunidades" a pesar de haber querido quedarse en Palencia, pero entonces "no las había". "Lamentablemente, mucho me temo, continúa sin haberlas".

"Para mí Palencia es la infancia" ha explicado antes de señalar que se trata de una infancia que se pierde a medida que se va "creciendo, madurando y tomando responsabilidades" y, a pesar de vivir en una época de globalización, donde tiene fecha de caducidad, "las cosas importantes de la vida no caducan".

Esas son algunas de las cosas que Iván Escobar pretende explicarle a su hijo Oliver, de año y medio, a quien busca hablarle de Palencia, esa ciudad que "fue y será siempre" su "único y auténtico hogar".