Ecologistes en Acció de València ha señalado este martes que el Ayuntamiento de Valencia "no ha hecho nada en un año" para reducir los niveles de ruido que "viene soportando la ciudadanía" a pesar de que más del 53 por ciento de la población viene soportando niveles superiores a 65 decibelios por el día y el 40 por ciento valores superiores a 55 decibelios por la noche. La Organización Mundial de la Salud en cambio fija 55 y 45 decibelios respectivamente.

Al respecto, ha recordado en un comunicado que en estas fechas hace un año que el Ayuntamiento aprobó el Plan de Acción contra la contaminación acústica de la ciudad de Valencia, pero que "a fecha de hoy poco o nada se ha hecho".

Los estudios realizados concluían que los distritos más afectados por la contaminación acústica eran l'Eixample, Extramurs, El Pla del Reial, Campanar y Camins al Grau. Sin embargo, en lugar de rebajar el nivel de decibelios de estos distritos "han aumentado el ruido que deben soportar los residentes por el aumento de tráfico rodado, de su velocidad de circulación y por la instalación de nuevas infraestructuras, un ejemplo, es la puesta en funcionamiento de la nueva estación del AVE Joaquín Sorolla".

Además, han consttado que el ruido afecta también a los hospitales como Hospital General, Clínico o Peset y a numerosos colegios, entre otros, podemos citar el Fernando de los Ríos, Cervantes o el Santiago Grisolía, zonas acústicas que por su uso tenían que tener niveles "más reducidos" de contaminación, 60 decibelios durante el día y de 50 por la noche. Pues bien, después de un año de la aprobación del Plan "siguen careciendo de un plan zonal especifico como marca la leyes que reduzcan los niveles de ruido generado por el tráfico de las calles próximas".

El Plan contemplaba 39 medidas que permitirían reducir el nivel de ruido de la ciudad, prácticamente "todo está por hacer", excepto la pavimentación de algunas calles y avenidas con pavimentos fonoabsorbentes que "no contribuyen significativamente" a reducir el nivel de ruido del tráfico.

En cambio, no se ha actuado deicidamente sobre, como ejemplo el ruido provocado por los camiones de recogida de basuras, tampoco se ha actuado sobre los vehículos de emergencia que circulan por la ciudad con sus sirenas emitiendo un estruendo ruido por encima de los 90 decibelios permitidos como máximo que fija la leyes.

Otra de la medidas realizadas que no han servido, según esta organización, es la rotulación de un sinfín de calles sin orden y concierto como Calles 30 ante el desconocimiento de la ciudadanía que no había recibido previamente una campaña de sensibilización mostrando la utilidad de este tipo de calle para reducir el ruido que emiten los vehículos motorizados.

De hecho, han señalado que "la gran afección" que provocan el tráfico que transcurre por la grandes avenidas de la ciudad es otro de los grandes emisores de ruido en la ciudad, problemas de congestión, de velocidad de los vehículos motorizados y de ruido que se verán aumentados cuándo vaya entrando en servicio los aparcamientos del centro de la ciudad que se vienen construyendo.

Este modelo de gestión impulsado por la administración municipal es "completamente contrario" al de las ciudades europeas, donde la construcción de aparcamientos se realizan en las afueras de las ciudades para "mitigar la afluencia de vehículos por las avenidas hacía el centro de la ciudad, y así paliar los problemas de contaminación acústica y atmosférica que conlleva".

Sin embargo, en este año "lejos de solucionar los problemas de ruido en la ciudad el Ayuntamiento parece empeñado en gravarlos cuando permite verbenas, carreras de Formula1, disparó de pólvora y de fuegos artificiales a horas intempestivas de la noche que perturban el derecho al descanso de la ciudadanía".