El recluso Miguel Montes Neiro, considerado el preso común más antiguo de España, ha dejado la huelga de hambre que inició el pasado 23 de abril ante la insistencia de su familia, que reclama asistencia médica urgente para que tenga "justicia al menos hospitalaria".

La hermana del preso, Encarnación Montes, que reside en Málaga, ha informado en una carta que la vida de Miguel "pende de un hilo" por todas las patologías que padece y que "nunca han sido controladas" desde que empezó la huelga, que ha mantenido durante 125 días.

La familia se queja asimismo de que desde que fue trasladado el pasado junio a Granada (procedente de la prisión de Huelva) "ni siquiera le han hecho analítica, tampoco radiografías", y asegura que "simplemente le pesan y le toman la tensión".

Por ello, piden que sea trasladado a un centro hospitalario en el que dispongan de los medios para hacer un "diagnóstico correcto".

En la actualidad, Miguel Montes tiene el hígado inflamado, dolor en todo el cuerpo, orina sangre y el vientre hinchado, según su hermana, que sostiene que "solo cuando se fugó consiguió vivir como persona", lo que le costó "media vida y cargar con condenas que no son suyas y a las que fue condenado siendo inocente", ha añadido.

En la misma carta, Encarnación Montes traslada el agradecimiento de su hermano a "cuantas personas le han ayudado con su apoyo", y confía en que "consiga reponerse de las secuelas", para lo que indica que siguen necesitando ayuda y "no dejar la lucha hasta que salga en libertad total".

El pasado abril la defensa de Montes Neiro, que ha ido encadenando condenas y fugas de la cárcel desde 1976, solicitó el indulto para el recluso, de 61 años y que cumple condena en 2021, una petición que ahora estudia el Ministerio de Justicia.