Un gimnasio a la intemperie

El ejercicio es bueno para la salud, y los mayores del Rabal lo saben.
Los mayores del Rabal hacen ejercicio en los aparatos de la Estación del Norte.
Los mayores del Rabal hacen ejercicio en los aparatos de la Estación del Norte.
Fabián Simón
Los mayores del Rabal hacen ejercicio en los aparatos de la Estación del Norte.
Por eso acuden cada día al gimnasio situado tras la Estación del Norte.Hasta ahora, podíamos encontrar a los mayores del Rabal en el centro cívico o sentados en un banco, pero desde que se instaló el gimnasio tras la Estación del Norte, han descubierto una nueva forma de pasar el rato y, además, cuidar su forma física y ejercitar los músculos.

«Acudo a diario porque me va muy bien para el cuerpo», dice José Sesé, un vecino de 74 años. «Yo es la segunda vez que vengo, pero está bien, porque en lugar de estar sentado en un banco, hago algo de ejercicio», añade Carmelo Pelegrín mientras pedalea.

Los usuarios están muy contentos con las instalaciones, pero hay algo que no les termina de convencer: la ubicación. «Estamos a la intemperie y si sopla viento no nos podemos quitar la chaqueta», explica una usuaria.

A otros les preocupa más la llegada del verano. «Cuando pegue bien el sol, aquí no podremos estar de calor, porque sólo hay un árbol», señala Carmelo. Así, es lógico que el aparato más solicitado por los asistentes sea el pedalín situado bajo el árbol. «Hay sombra y es de los aparatos que más nos entretienen», añade José.

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