Un copiloto de Aeroméxico trató de aprovechar la llegada del papa Benedicto XVI a Barajas el pasado día 18 para introducir en España 42 kilos de cocaína, confiando en que gran parte de los efectivos de aduanas hubieran sido destinados en ese momento a garantizar la seguridad del pontífice.

Según informa la Guardia Civil, el detenido, R.G.G., de 42 años, "supuso" que los agentes del Servicio Fiscal de la Guardia Civil formarían parte del dispositivo especial de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y que, por tanto, habría una relajación de los controles antidroga, por lo que se aventuró a transportar esa gran cantidad de droga en un solo bulto en su equipaje.

El copiloto, que permanece en la cárcel de Soto del Real, fue detenido a su llegada desde México D.F. después de que su maleta hubiera sido registrada en una "revisión habitual" de equipaje tras despertar las sospechas de las fuerzas de seguridad. Aeroméxico ha emitido un comunicado en el que indica que "ha suspendido la relación laboral" con el copiloto.

En diciembre de 2010, tres sobrecargos de la misma compañía que volaban en calidad de turistas fueron detenidos en el aeropuerto madrileño de Barajas con 140 kilos de cocaína en sus equipajes, la que fue considerada la mayor cantidad de droga interceptada en el aeropuerto madrileño.