La familia de Eduardo López López, de 34 años, desaparecido en Toledo el pasado 19 de agosto, baraja la posibilidad de que sufriera un accidente, un atraco para robar la furgoneta en la que viajaba o una indisposición que le obligara a salir de la calzada a la espera de ser atendido, según ha relatado a Europa Press Vicente González, suegro del desaparecido.

González ha concretado que la última noticia que se tuvo de su yerno fue una llamada de teléfono sobre las 13.20 horas del pasado viernes en la que el desaparecido habló con su madre. En ese momento Eduardo López se encontraba a la altura del kilómetro 135 de la carretera N-V a la altura de Calera y Chozas (Toledo), según los datos que ha facilitado la compañía telefónica a la familia.

Alrededor de las 16.00 horas la mujer de Eduardo, con la que vive en Madrid junto a su hija de tres años, intentó contactar con el desaparecido pero el teléfono estaba apagado.

Eduardo López, natural de Cartagena (Murcia), trabaja como inspector de gasolineras, habitualmente en las comunidades de Madrid y Castilla-La Mancha, por lo que tenía conocimiento de la zona por la que conducía cuando desapareció, según ha explicado el suegro del desaparecido.

Eduardo, del que este viernes se cumplirá una semana de su desaparición, salió de Toledo en dirección a Aldeanueva de San Bartolomé (Toledo) en una Ford Tourneo blanca del año 2003 con matrícula 8023-HCS.

Pese a haber interpuesto la denuncia por la desaparición en Madrid, el suegro del desaparecido ha señalado que la familia está en contacto con la Policía de Toledo, que a su vez recoge información también de la Guardia Civil de la zona.