Andalucía es la primera Comunidad Autónoma de España en certificación de semillas, con una media anual de más de 80.000 toneladas, cantidad que supone aproximadamente el 28 por ciento del total certificado a nivel nacional, según indica la Administración en una nota.

En la pasada campaña destacan los cereales, que se encuentran en primer lugar con 68.000 toneladas de semillas certificadas (80% respecto al total de Andalucía), seguidos, entre otros productos, por el arroz (10,8%) y el girasol (5,5%).

En relación con el volumen de semillas certificadas en España, resaltan este último cultivo, que concentra en Andalucía el 90 por ciento del total de semillas certificadas de esta especie a nivel nacional, y el trigo duro, con el 70 por ciento respecto al total de la especie en España (54.000 toneladas certificadas en nuestra Comunidad).

Para lograr la certificación y, por tanto, poder comercializarse, las semillas deben superar un control oficial dirigido a verificar que todo el proceso por el que atraviesan las mismas —desde el origen a la venta— cumple con los requisitos exigidos en los Reglamentos Técnicos Específicos. Es decir, se inspeccionan el proceso de producción en el campo de estas semillas para siembra, el almacenamiento y el precintado. En cuanto a la comercialización y la actividad de los productores, ésta debe ajustarse a las condiciones específicas establecidas para cada categoría de semilla en la normativa vigente.

Desde la Consejería de Agricultura y Pesca se llevan a cabo estos controles con el fin de lograr la mejora del rendimiento y la calidad de las cosechas y ofrecer así mayores garantías de rentabilidad a los productores agrícolas andaluces.

De esta forma se avanza una vez más en la línea de respaldo a los agricultores marcada por la Administración andaluza y desarrollada de forma continua a lo largo de todo el año. Para el agricultor, el uso de semilla certificada es más rentable, ya que garantiza las características de la variedad que va a utilizar, como son la pureza específica y varietal, la germinación mínima y la uniformidad. Además, se asegura un estado sanitario idóneo, la ausencia de malas hierbas y la trazabilidad desde la producción hasta su comercialización. DATOS 2011

Al término de la campaña de 2011 de inspecciones de cultivos de cereales para la producción de semillas, se ha registrado este año la declaración de 876 parcelas sembradas de este cultivo destinadas a la producción de semillas. La superficie total de las mismas, que asciende a cerca de 24.500 hectáreas, se reparte, principalmente, entre las provincias de Sevilla, Córdoba y Cádiz. Atendiendo a los cultivos, el trigo duro es el más representativo, con el 71 por ciento de la superficie, seguido del trigo blando (18%) y la cebada (6%).

Por otro lado, los controles oficiales llevados a cabo a lo largo de 2011 también han servido para recoger datos sobre el aforo medio de las parcelas declaradas, que ronda los 3.500 kilogramos por hectárea. Para poder comercializar semillas de cereales, las entidades productoras deben estar autorizadas e inscritas en el Registro de Productores de Semillas y Plantas de Vivero (RPSV). Este año, en Andalucía han declarado superficie para la producción de estas semillas un total de 37 entidades, en su mayoría con sede en Andalucía.

La producción de semillas certificadas dirigidas a la venta debe llevarse a cabo siempre bajo control oficial y teniendo en cuenta que las variedades utilizadas deben estar inscritas en el Registro de Variedades Comerciales de España (RVC) o en el Catálogo de Variedades Comerciales Europeas. Asimismo, también pueden incluirse en el Registro de Variedades Protegidas en cada Estado Miembro de la Unión Europea y en el propio Registro Comunitario.