Woody Allen: "Me gustaría volver a hacer monólogos"

Cuando Woody Allen estrenó Midnight in Paris, todos nos alegramos: aquella película, era evidente, estaba hecha con ganas, algo que se tradujo no sólo en grandes resultados de taquilla, sino en unas críticas más positivas que nunca en muchos años. Pero, claro, ahí había truco: como detectaron sus fans más acérrimos, el guión del filme estaba algo más que inspirado en La generación perdida, un monólogo recitado por Allen en su época de comediante de escenarios. Pues bien: a sus venerables 77 años, el genio de Manhattan está planteándose un regreso a los escenarios, territorio en el que cosechó sus primeros éxitos antes de lanzarse al cine.

"Estoy acariciando la idea", declaró Allen durante una entrevista con el New York Times el miércoles. Resulta que en su nuevo filme, Blue Jasmine, intervienen dos humoristas muy populares en EE UU (Andrew Dice Clay y Louis C.K.), acompañando a Cate Blanchett y Alec Baldwin. Tras las alabanzas de rigor al trabajo de sus actores, el cineasta fue interrogado sobre la posibilidad de un regreso a la comedia stand up. Y ahí estalló la bomba: Woody confesó estar pensándoselo. Eso sí, y como es de esperar tratándose de él, no sin reparos. "Me encantaría ver si aún soy capaz [de hacer monólogos]. Pero reunir el material suficiente como para hablar durante una hora entera sería un montón de trabajo", afirmó.

Allen podrá rezongar lo que quiera, pero para un workaholic como él (recordemos: una media de una película al año desde Bananas, en 1971) esto no parece un desafío muy grande. Es más, Woody reconoció tener una fuente de inspiración en su admirado Mort Sahl, leyenda de la comedia estadounidense que llegó a escribir discursos para John Fitzgerald Kennedy. "Le vi en el sitio donde voy a tocar [el Cafe Carlyle]. Había llegado en avión desde San Francisco, hizo tres shows a última hora de la noche y estuvo fabuloso: ya no es tan rápido como antes, porque tiene 85 años, pero su talento sigue ahí", comentó Woody. Y añadió: "Viéndole, sentí lo mismo que cuando le ví por primera vez en los 50, esa sensación de: 'Me gustaría estar ahí arriba, haciendo lo mismo que él".

A nosotros, la idea de un Allen subido a las tablas y micrófono en ristre, sacándole partido a esa verborrea que todavía conserva, nos parece fabulosa. Sólo le pedimos una cosa, y es que, puestos a regresar a una actividad que abandonó en 1968 (y que fue recogida en un doble LP antológico, The Stand-up Years), ¿sería tan amable de recuperar El alce? Es nuestro monólogo favorito...

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