Un investigador del IFCA participa en un estudio internacional que limita las teorías sobre gravedad y física cuántica

Alberto Fernández-Soto, investigador del Instituto de Física de Cantabria (IFCA), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Cantabria (UC), ha participado en un estudio internacional cuyos resultados indican que la velocidad de la luz no varía en función de su polarización, como apuntaban hasta ahora algunos modelos teóricos de física avanzada.
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Alberto Fernández-Soto, investigador del Instituto de Física de Cantabria (IFCA), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Cantabria (UC), ha participado en un estudio internacional cuyos resultados indican que la velocidad de la luz no varía en función de su polarización, como apuntaban hasta ahora algunos modelos teóricos de física avanzada.

Los modelos teóricos que intentan aunar la teoría General de la Relatividad de Einstein y la mecánica cuántica se han encontrado con un nuevo obstáculo.

Este estudio, según información recogida por Europa Press, ha detectado polarización en los rayos gamma procedentes de un objeto muy lejano, y ha concluido que la velocidad de la luz no varía en función de su polarización, como apuntaban hasta ahora algunos modelos teóricos de física avanzada.

Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Physical Review D.

La polarización es una propiedad de las ondas luminosas, que básicamente indica que existe un cierto orden en el modo en que viajan.

La luz procedente del sol o de una bombilla no está polarizada, ya que no existe un orden especial en la fuente de luz.

En cambio, la misma luz se polariza al reflejarse en una superficie porque todas las ondas se reflejan en ella de la misma manera.

Por eso, unas gafas de sol con filtro polarizador, que son parcialmente opacas a la luz polarizada, pueden ayudarnos a ver mejor al eliminar reflejos y destellos.

Algunos modelos teóricos que intentan unificar la gravedad, dentro de la Teoría General de la Relatividad postulada por Einstein, y la mecánica cuántica prevén algunas propiedades extrañas de la luz cuando esta viaja en el vacío.

Una de ellas es un efecto denominado birrefrigerancia, que hace que las ondas de luz se 'desordenen', es decir, se despolaricen poco a poco según se desplazan por el espacio.

Si así fuera, no podríamos ver luz polarizada procedente de estrellas o galaxias lejanas porque esta propiedad se habría ido disolviendo por el camino.

"Estos modelos teóricos establecen además que este efecto es más fuerte cuanto mayor es la energía de los fotones y más largo es el trayecto que han de recorrer", explica el investigador Alberto Fernández-Soto.

Según los resultados de este estudio, que ha empleado en sus mediciones el satélite INTEGRAL de la Agencia Espacial Europea, la observación de luz polarizada procedente de un objeto a distancia cósmica permite deducir que la posible birrefrigerancia produce un efecto extremadamente reducido.

Para llegar a sus conclusiones el equipo internacional de investigadores ha empleado datos tomados de la observación de una de las explosiones cósmicas más luminosas registradas hasta el momento, la GRB 041219A, ocurrida en diciembre de 2004.

"Fue tan luminosa que el satélite INTEGRAL fue capaz de medir la polarización de los rayos gamma procedentes de ella. Recientemente hemos conseguido además estimar la distancia a la galaxia en que esta explosión se produjo, y la unión de ambos datos_la señal polarizada en rayos gamma y la distancia a la fuente_nos ha permitido obtener el límite más restrictivo a los modelos teóricos hasta la fecha", añade Fernández-Soto.

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