En la mañana de este miércoles han dado comienzo las exhumaciones de 22 represaliados por el Franquismo en la localidad leonesa de Joarilla de las Matas, unas excavaciones en las que trabajan antropólogos forenses y sociales de diferentes países, según ha informado a Europa Press la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).

Se trataría de cerca de 22 vecinos leoneses de Olleros de Sabero, Sahelices de Sabero y Sabero que fueron asesinados e inhumados el 5 de noviembre de 1937 en una finca perteneciente al municipio de Joarilla, en un lugar que fue un reguero que todavía puede apreciarse, lo que constituiría la "mayor fosa conocida en la provincia de León, según el vicepresidente de la Asociación, Marco González.

Los trabajos corren a cargo de voluntarios y expertos de todo el mundo, un equipo que está dirigido por René Pacheco y que cuenta con un "nutrido grupo" de antropólogos forenses y sociales de diferentes países como Costa Rica, Inglaterra, Estados Unidos, Francia y Guatemala, que trabajarán durante una semana en esta fosa.

Con respecto al fusilamiento de estas 22 personas, se sabe que formaban parte de un grupo de 44 detenidos que estaban en la cárcel de Cistierna.

También es conocido que esos más de 40 presos salieron de esa prisión en dos sacas los días 4 y 5 de noviembre de 1937: en la primera se llevaron en un camión a una veintena de ellos, "con destino desconocido, aunque se tiene la certeza de que no sobrepasaron la finca de La Cenia" —en el término de Villamar—, en la que el guarda de este terreno se opuso a más fusilamientos e inhumaciones, por lo que la siguiente saca tuvo otro destino.

De este primer grupo de fusilados "no se sabe la ubicación exacta", según han informado fuentes de la ARMH a Europa Press, ya que "en La Cenia hay cientos de asesinados", es más, como ha recordado González, esta área es una "conocida zona de represión".

La segunda saca estaba formada por los otros 24 presos y tenía como fin el mismo lugar que la del día anterior, pero ante la negativa del guarda de la finca donde se realizaron el resto de asesinatos, según fuentes de la ARMH, "los guardias civiles que llevaban a los arrestados propusieron que el fusilamiento e inhumación se realizase en el Monte de Joarilla de las Matas, de la localidad de donde eran originarios".

Con un nuevo destino salieron los 24 apresados, de los cuales "se cree que están enterrados 22", pues dos de ellos lograron escapar debido a que el conductor del camión, que era familiar de uno de ellos, "los maniató dejando las cuerdas flojas" para que pudiesen escapar, según han explicado a Europa Press las mismas fuentes.

Los dos que no fueron fusilados lograron escapar a la carrera, uno ileso y otro malherido, "probablemente cuando bajaban del camión", tras lo cual permanecieron unos días ocultos hasta que decidieron separarse, a partir de lo cual las versiones conocidas sobre lo sucedido son distintas.

El emplazamiento de los enterrados, que se ha estudiado desde el año 2002, según ha informado Marco González a Europa Press, se conoce porque uno de los supervivientes —ya fallecido y cuya familia prefiere mantener su identidad en el anonimato— explicó el sitio de donde escapó de los fusilamientos.

La intervención en esta fosa surge de las solicitudes de algunos familiares, que no tienen datos precisos de qué pudo ser de sus familiares. Además, está situada en una zona donde se realizan obras y canalizaciones de agua, por lo tanto corre peligro de desaparecer.

En relación a los 44 detenidos, de los cuales se cree que 42 fueron fusilados, se están documentando en el Archivo de Ferrol (La Coruña) las detenciones practicadas en el municipio de Sabero a partir del golpe de estado para conocer la totalidad de las más de 40 personas asesinadas de manera extrajudicial los primeros días de noviembre de 1937.

Ante ello, González ha añadido que "es una pena que se sepa que en esta área hay muchos fusilados y no haya ni una distinción, ni un monolito que los recuerde", por lo que pide "más implicación de las administraciones", como la creación de un Banco de ADN para identificar mejor los restos, algo que, ha recordado el vicepresidente de la ARMH, "ya se hace y funciona en algunos países de Latinoamérica".