La Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA) ha remitido un escrito a la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, a la que insta a no utilizar métodos "negativos y no deseables" para el control de las palomas, como la retirada de polluelos y la captura y eliminación de palomas adultas, y a que, por el contrario, se adopten medidas más "positivas", imitando a otras muchas ciudades como París o Basilea.

En una nota de prensa, Anpba propone, entre otras cosas, los palomares ecológicos, los piensos con hormonas anticonceptivas, los ultrasonidos, las cornejas o los halcones simulados, así como un compromiso del Ayuntamiento con la ciudadanía amante de las palomas.

Sobre los primeros, ha explicado que en los palomares ecológicos, los huevos puestos por las palomas son sustituidos por huevos falsos, de forma que la paloma sigue su ciclo natural de empollado y, sin embargo, la natalidad desciende vertiginosamente.

En cuanto a los piensos hormonados, se trata granos tratados con anovulatorios (progesterona) que impiden la ovulación, y con los que debe ser tratado el conjunto poblacional, mientras que los ultrasonidos, al imitar el graznido del halcón, su gran depredador, ahuyenta a las palomas.

También aluden a las cornejas, semejantes en tamaño al halcón, sin embargo, ejercen una depredación más acorde con la sensibilidad social, por cuanto se comen los huevos de las palomas pero no atacan a las propias palomas. No obstante, inciden en que se necesitaría la elaboración de estudios científicos previos relativos a la viabilidad de la introducción de la Corneja Negra.

Otras sugerencias son la elaboración de bandos municipales y folletos para hacer saber a la ciudadanía que ni las palomas ni sus polluelos van a ser capturados y sacrificados, ni tampoco van a morir de inanición, pues lo que se pretende es su control poblacional de manera humanitaria, y que, por tanto, no se les debe dar a comer otro alimento que los piensos anticonceptivos suministrados por el Ayuntamiento, al ser la única forma de asegurar que las palomas ingerirían la ración necesaria para alcanzar la dosis efectiva en sangre que impidiese la ovulación.

La carta fue remitida al tener conocimiento la asociación de la campaña de control poblacional puesta en marcha en mayo por el Ayuntamiento gijonés cuyos métodos, según esta, parecen no controlar la base del problema, sino sólo sus efectos, y los procedimientos utilizados, en vez de dar los resultados deseados, producen un "rebote" del problema poblacional.