Más del 50% de los andaluces tienen "una valoración negativa" de la inmigración, según encuesta de la Junta

Cádiz, Almería y Huelva, las provincias donde la valoración del hecho migratorio resulta más negativa
Trabajador, inmigrante, construccion, obras
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EUROPA PRESS
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Los resultados de la tercera edición de la encuesta sobre 'Opiniones y Actitudes de los Andaluces ante la Inmigración' (OPIA-III), realizada durante los meses de enero y febrero de 2010 por el Observatorio Permanente Andaluz de las Migraciones (OPAM) de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía, evidencian que la situación de crisis económica, y notablemente sus nefastas implicaciones para el mercado laboral, se reflejan en la valoración de la inmigración económica con destino a Andalucía, protagonizada fundamentalmente por personas procedentes de países con un menor nivel de desarrollo, como demuestra el hecho de que la proporción de andaluces que manifiestan una valoración negativa del hecho migratoria asciende al 54,5 por ciento, con respecto al 35 por ciento aproximadamente de la anterior encuesta (2008).

El reflejo de la dura realidad económica-laboral actual se aprecia sobre todo donde más directamente afecta al hecho migratorio, esto es, en la evaluación de su papel en un mercado laboral profundamente tocado por la intensa recesión que sufre España, y en su seno Andalucía, desde hace aproximadamente dos años, según se desprende de la encuesta, recogida por Europa Press.

En referencia a los efectos positivos percibidos por la sociedad andaluza, la primera respuesta es que "pocos o ningún efecto positivo" con un 37,2 por ciento, frente al 22 por ciento de las anteriores OPIA. En cambio las respuestas referidas a la aportación que los inmigrantes realizan como "mano de obra necesaria o barata", primer efecto positivo en las encuentras anteriores, bajan a un 27,4 por ciento.

Por su parte, los efectos negativos percibidos de la inmigración están encabezados por afirmaciones como "quitan puestos de trabajo o aumentan el paro", que alcanzan un 45 por ciento, frente a algo más del 30 por ciento de 2008. No obstante, resalta que la relación de este fenómeno con la inseguridad ciudadana ha disminuido hasta diez puntos.

Por otro lado, el porcentaje de andaluces que declara su acuerdo con la idea de que "los inmigrantes hacen una importante aportación al desarrollo económico de Andalucía" desciende 18 puntos porcentuales respecto a 2008, situándose en el 41 por ciento, a la vez que aumentan aquellos que consideran que "muchos inmigrantes ocupan puestos de trabajo que deberían ser ocupados por gente de aquí", que son "uno de cada dos andaluces".

Si bien uno de cada dos andaluces también sigue considerando necesaria la mano de obra inmigrante en Andalucía asociada principalmente a determinadas ocupaciones y sectores.

Regularización vinculada a contrato

Las opiniones de los andaluces respecto a la regulación de los flujos migratorios se mantienen estables, ya que el porcentaje que considera que el número de inmigrantes en Andalucía es excesivo se sitúa de nuevo en torno al 50 por ciento de 2008. Además, se mantiene, en el 85%, la amplia mayoría de los andaluces para quienes la entrada de inmigrantes se debe vincular a la posesión de un contrato laboral.

En cuanto a las políticas relativas a aquellos inmigrantes en situación administrativa irregular, el porcentaje de quienes apoyan la regularización sólo en el caso de posesión de un contrato laboral se sitúa de nuevo en torno al 45 por ciento y se reducen, sin embargo, los porcentajes de "depende" y de la proposición de "regularizar a todos", mientras que aumenta el apoyo a la postura "intentar devolverlos a su país de origen", que no alcanza el 15 por ciento.

La evolución de las actitudes implica, de cara al futuro, la necesidad de que la gestión del hecho migratorio se integre cada vez más en una política económica acertada y estratégicamente sostenible, teniendo en cuenta los legítimos intereses de los inmigrantes ya arraigados y el principio de no discriminación, entre otros aspectos.

Por provincias, el paro ocupa la primera posición en todas ellas, con un porcentaje superior al 80 por ciento. Por su parte, la inmigración como problema destacado en Andalucía cuenta con un porcentaje de respuesta reducido en todos los casos, aunque adquiere mayor relevancia en Almería con un 14,9 por ciento, en marcado contraste con Sevilla, con un 3,2 por ciento.

Al preguntar por las tres cuestiones que más preocupan, a título personal, a los entrevistados, destaca nuevamente el estado del mercado laboral, aunque con porcentajes de respuesta algo inferiores, en torno al 72% en todos los casos.

La cuestión ante la que sí encontramos diferencias interprovinciales es la que se refiere a los efectos positivos de la inmigración. En la mayor parte de los casos la respuesta "pocos o ningún efecto positivo" ocupa el primer lugar en número de menciones, mientras que las respuestas que hacen referencia a los beneficios de la inmigración como mano de obra, ocupan un segundo puesto.

Un ejemplo claro de ello lo encontramos en Cádiz, dónde se registra el porcentaje más elevado de menciones para la primera opción (42%) y, a su vez, el menor porcentaje de personas que valoran positivamente la presencia de mano de obra inmigrante (18,9%). Esta diferencia de 23,2 puntos entre ambos porcentajes de respuesta, se reduce a poco más de diez en las provincias de Almería, Sevilla y Jaén, y en mayor medida en el resto; aunque la respuesta "pocos o ningún efecto positivo" continúa ocupando un lugar destacado en casi todas ellas.

Granada se mantiene como la única provincia donde el reconocimiento de la aportación de los inmigrantes como mano de obra continúa ocupando el primer puesto entre los efectos positivos percibidos de la inmigración, contrastando con la tendencia descrita para el conjunto de Andalucía. En cuanto a la percepción de efectos negativos asociados a la presencia de inmigrantes, las respuestas del tipo "quitan trabajo, aumentan el paro o bajan los sueldos", ocupan el primer lugar en todos los casos, desplazando a un segundo plano las referidas al aumento de la inseguridad ciudadana.

Mayores prejuicios,

En cádiz

Pese a estos cambios, se mantiene la hegemonía de Cádiz como la provincia donde mayores prejuicios se señalan en relación a la presencia de inmigrantes en el mercado laboral, con un 49,8 por ciento de menciones, frente al 45,4 por ciento de media;, y donde las respuestas referidas al incremento de la delincuencia como consecuencia de la presencia de inmigrantes, reciben un menor porcentaje de menciones, 21,1 por ciento, frente al 27 por ciento de media.

Respecto al balance general del hecho migratorio en Andalucía, la tendencia general observada en los resultados, recogidos por Europa Press, para el conjunto de la muestra, tiene su reflejo en las ocho provincias andaluzas. En la encuesta de 2008 las valoraciones más favorables sobre la inmigración correspondían a las provincias de Almería y Sevilla, mientras que en Cádiz, Jaén o Málaga, las valoraciones negativas resultaban ya ligeramente superiores a las positivas.

Sin embargo, ahora las provincias donde la valoración del hecho migratorio resulta más negativa pasan a ser, por este orden, Cádiz, Huelva y Almería. Las provincias donde el deterioro de las posturas respecto a la valoración general de la inmigración ha sido mayor son Almería, así como en Sevilla y Huelva. En el lado opuesto se situarían las provincias de Jaén y Málaga, donde las opiniones ante la inmigración se han deteriorado en menor medida, aunque las valoraciones negativas resulten igualmente mayoritarias.

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