La represión del Ejército y las fuerzas de seguridad de Siria continúa con su aumento de víctimas. Al menos otras 22 personas, entre ellas ocho niños, han muerto este martes para engordar una lista que ya sobrepasa los 1.700 fallecidos.

Según el grupo opositor Comités Locales de Coordinación, la cifra final de asesinados en la ofensiva del Ejército puede aumentar. La Organización Nacional Siria para los Derechos Humanos sube el recuento a más de 30.

Debido al bloqueo que el régimen sirio ha impuesto a los medios de comunicación internacionales, resulta muy complicado verificar de forma independiente las informaciones sobre víctimas mortales que proporcionan los grupos de oposición.

Desde que estallaron las protestas políticas a mediados de marzo pasado en Siria, el régimen del presidente Bachar al Asad, que acusa a grupos terroristas de estar detrás de las manifestaciones, ha tratado de aplacarlas mediante la fuerza.

Al Asad ha vuelto a justificar la represión sobre civiles acusando a grupos armados "terroristas" de estar detrás de las protestas. Durante una reunión con el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, ha defendido la represión pese a que el mandatario turco le ha solicitado que detenga las operaciones  militares.

"Siria no titubeará en perseguir a los grupos terroristas armados para preservar la estabilidad de la patria y la seguridad de los ciudadanos", subrayó Al Asad, en declaraciones recogidas por la agencia oficial Sana.

Durante la reunión, Al Asad informó a Davutoglu de la situación que viven algunas ciudades sirias, resultado del, a su juicio, "amedrentamiento y asesinato por parte de grupos terroristas armados de civiles y miembros de las fuerzas de seguridad".

La decisión la semana pasada de Bachar al Asad de legalizar por decreto a los partidos políticos y promulgar una ley de elecciones pluralista fue recibida con sarcasmo por la oposición.

En la zona de la ciudad de Hama, uno de las más activas en las manifestaciones contra Al Asad, los Comités señalan que fallecieron al menos unas 12 personas. En Damasco, la capital, habrían caído otras dos. En la norteña Halfaya y en Soran, frontera con Turquía, otros cuatro opositores han muerto. Además, tres personas murieron en varias zonas de la provincia de Idleb (norte), dos en la localidad de Irbin (provincia de Rif Damasco, en el este), tres en Deir al Zur (noreste), dos en Hula (provincia de Homs) y uno en Homs (centro).

Esta represión coincide con el anuncio de las autoridades sirias de que, según la agencia oficial de noticias SANA, las unidades del Ejército que se encargaban de "proteger a los habitantes" en la ciudad de Hama, se retiraron de allí después de haber perseguido a miembros de grupos terroristas y haber detenido a algunos de ellos.

Hama -que ya fue masacrada por el Ejército en 1982 para reprimir un levantamiento islamista en una operación que se saldó con entre 10.000 y 40.000 muertos- es uno de los objetivos principales de esta nueva oleada represora lanzada la víspera del inicio del mes sagrado musulmán de ramadán.