"Haremos todo lo necesario para restaurar el orden en nuestras calles". Así de contundente se ha mostrado el primer ministro británico, David Cameron, después de reunirse este martes con el gabinete de crisis (denominado Cobra) tras una tercera madrugada de violencia en Londres, que se ha propagado a otras ciudades inglesas como Birmingham, Liverpool, Manchester, Nottingham, Leeds y Bristol.

Cameron ha incidido en incrementar la seguridad en la capital británica: "Necesitamos muchos más policías en nuestras calles", ha dicho, por eso ha anunciado que en la noche de este martes habrá 16.000 policías vigilando las calles de Londres. "Esto es criminalidad pura y dura a la que tenemos que enfrentar y derrotar", ha añadido el primer ministro británico.

Otro anuncio importante es la reunión extraordinaria que tendrá lugar este jueves en el Parlamento británico para debatir sobre la ola de violencia que se ha propagado por la capital y se ha extendido a otras ciudades.

El jefe del Ejecutivo condenó con firmeza las escenas vividas en los últimos días, en las que individuos "saquearon, cometieron actos de vandalismo, robaron, atacaron a agentes e incluso a bomberos cuando trataban de aplacar incendios". A ellos se dirigió de manera explícita: "Si sois lo suficiente mayores para cometer estos delitos, también lo sois para enfrentaros a todo el peso de la ley", recalcó.

Cameron mostró su "solidaridad" para con aquellas personas inocentes cuyas viviendas o locales han quedado destrozados en los disturbios y por quienes "viven con miedo estas terribles escenas" que ven en las calles de su país.

En su intervención elogió también "el coraje" mostrado por la Policía en medio de los desórdenes públicos aunque consideró necesaria una mayor presencia policial en la calle.

Hasta el momento, 563 personas han sido detenidas y 111 agentes han resultado heridos, según los últimos datos aportados  por Scotland Yard.

La magnitud de estos disturbios ha obligado al jefe del Ejecutivo a adelantar el regreso de sus vacaciones en la Toscana, donde se encontraba con su familia desde finales de julio.

Cameron llegó de madrugada al número 10 de Downing Street, su despacho y residencia oficial, y se ha reunido este martes con la ministra de Interior, Theresa May, y con el comisario de Scotland Yard, Tim Godwin, antes de presidir el Comité Cobra, según una fuente oficial.

El líder tory había sido criticado por seguir de vacaciones mientras la capital británica llevaba tres días de altercados, en los que han ardido edificios, vehículos y comercios en barrios del norte, este y sur de Londres y se han producido incontables saqueos.

La Policía desplegó la pasada madrugada a otros 1.700 agentes en Londres, donde ya son más de 6.000 los efectivos que tratan de atajar la violencia.

Según la BBC, tres personas fueron arrestadas este martes como sospechosos de intento de asesinato en un incidente en el que un agente resultó herido en el barrio de Brent cuando trataba de detener a los supuestos saqueadores.

Las estaciones de metro, que habían sido cerradas por los disturbios, han reanudado sus servicios aunque la Policía mantiene un cordón en una entrada a la de Ealing Broadway.

En Birmingham, cien personas fueron detenidas después de que grupos de jóvenes arrasaran la zona comercial, destrozaran escaparates y saquearan las tiendas, según la cadena pública.

En esa ciudad, la Policía confirmó que los vándalos prendieron fuego a una comisaría, mientras en Manchester se han denunciado daños a vehículos y en Liverpool unos 200 jóvenes camuflados con pasamontañas o capuchas provocaron altercados.

También Bristol, al sur del país, sufrió brotes de violencia en los que participaron unas 150 personas.