El número de acogimientos familiares en Castilla y León se incrementó un cinco por ciento durante el primer semestre de 2011, de manera que la cifra de menores acogidos pasó de los 529 que había a 31 de diciembre de 2010, hasta los 555 que existían a fecha del 30 de junio.

Según han informado a Europa Press fuentes de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, este acogimiento se lleva a cabo en dos tipos de familias: la extensa, con vínculos de sangre con el menor; y la ajena, cuando no hay familiares directos que se hagan cargo del menor.

Los datos apuntan que un 62 por ciento de los niños ha encontrado un 'refugio' en alguno de sus familiares, mientras que el 37 ha necesitado la búsqueda de una familia diferente a la propia.

En este semestre, se dieron de alta 115 acogimientos de menores, mientras que 89 se dieron de baja. Asimismo, el número de familias registradas hasta el 30 de junio fue de 44, mientras que en todo 2010 esta cifra alcanzó los 53.

El objetivo de todos los acogimientos, recogidos en la Ley Regional de Promoción, Atención y Protección a la Infancia de 2002, es proporcionar al niño protegido una atención familiar sustitutoria o complementaria, durante un tiempo determinado, cuando sus padres biológicos no pueden atenderle y cuando la adopción no es posible o no es deseable.

Por otro lado, durante el primer semestre del año, la Gerencia Regional de Servicios Sociales ha contabilizado un total de 644 niños en acogimiento no preadoptivo, de los que 243 residían junto a otros familiares y 401 en familias extensas.

Mayores de seis años

Los niños mayores de seis años continúan siendo los casos más frecuentes de acogida. De hecho, representan ya el 77 por ciento del global, según las mismas fuentes, tres puntos más que en todo el pasado año. Así, 303 niños tenían edades entre los seis y los doce años y 194 habían rebasado los 13 años. Por el contrario, los menores de cinco años no superan el 18 por ciento.

A todos ellos hay que sumar los 33 jóvenes que aunque ya han cumplido los 18 años continúan de forma voluntaria en el hogar de sus familias de acogida.

De acuerdo con las mismas fuentes, el tipo de familia que se necesita especialmente es aquélla que pueda acoger a grupos de hermanos, o niños con alguna discapacidad física, psíquica o sensorial, además de niños con problemas emocionales o de salud. El tiempo de duración de los acogimientos está determinado por las necesidades,edad y características del menor. Así, cuando se determina una medida para un menor, se elabora un plan de actuación que contemple el tiempo y los objetivos que se propone.

Para llevar a cabo un acogimiento familiar ha de tenerse en cuenta una serie de criterios y condiciones como son la motivación general para el acogimiento, aptitud y disponibilidad de la familia, saber exactamente el tipo de acogimiento al que acceden, una dinámica familiar adecuada, medios necesarios para cubrir las necesidades del menor, vivienda adecuada, salud física y psíquica adecuada, capacidad cultural y formativa para educar al niño, estabilidad emocional, capacidad afectiva, y respetar los orígenes del menor y su familia biológica, facilitando, en su caso, la relación del menor con su familia de origen, entre otras.

Los interesados pueden dirigirse a las gerencias territoriales de Servicios Sociales y a la Asamblea Provincial de Cruz Roja de su ciudad, donde les informarán de todos los detalles del programa. Precisamente Cruz Roja es quien se encarga del apoyo y la orientación a las familias acogedoras después de hacer el acogimiento, a fin de facilitar la consecución de los objetivos asignados e incrementar su eficacia como medida protectora.