Las zonas del sureste peninsular, sur de Extremadura y áreas centrales de Castilla-La Mancha y de Aragón, presentaban a finales del mes de junio los índices de vegetación más bajos, mientras que los valores más elevados se encuentran en Cantabria, áreas del interior de Asturias, País Vasco, Cataluña y norte de Navarra.

Así lo reflejan los últimos datos publicados por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), correspondientes a la última decena del mes de junio, que también analizan las diferencias entre los valores de los índices correspondientes a las últimas decenas de los meses de mayo y junio.

A este respecto, se observa que a lo largo de junio —caracterizado por temperaturas medias superiores a las normales y escasas precipitaciones—, los índices se incrementaron en Asturias, Cantabria, noroeste de Castilla y León y áreas de los Sistemas Central e Ibérico, mientras que en el resto de España descendieron, de forma más acusada en Madrid, Castilla-La Mancha y zona central de Castilla y León.

Por otro lado el informe señala que en junio, los índices de humedad de los suelos disminuyeron en toda la extensión de nuestro país, habiéndolo hecho en muy notable medida en la mayor parte del cuadrante noroeste de la España peninsular, así como en muy amplias zonas del tercio sur y algunas áreas de la mitad oriental de la misma.

Sobre todo, en algunas áreas del Sistema Central y oeste de la Cordillera Cantábrica, así como en otras del este de Galicia, sur de Extremadura y oeste de Andalucía, donde los citados índices se redujeron de forma especialmente acusada.

Con ello, a finales de junio, los suelos se encontraban sumamente secos en la inmensa mayor parte de España, especialmente en toda la mitad sur peninsular, mayor parte de Castilla y León, Aragón y notables áreas meridionales de Galicia, Navarra y Cataluña, así como en toda Baleares e inmensa mayor parte de Canarias, zonas todas ellas, donde los suelos presentaban índices de humedad extremadamente bajos.

En cambio, en una franja del tercio norte peninsular, incluyendo además de las regiones cantábricas y zonas al sur de todos los Pirineos algunas áreas del este de Castilla y León, oeste de La Rioja y este de Cataluña, así como en algunas áreas montañosas de Canarias, los suelos mostraban todavía algún grado de humedad, si bien siendo ésta predominantemente escasa.

Así, sólo en algunas áreas del este de Asturias y noroeste de Cataluña, además de los Pirineos navarro y aragonés, los suelos aparecían moderadamente húmedos, incluso muy húmedos en el extremo occidental del Pirineo catalán.