La exposición 'Un barco, un destino. Pasado presente y futuro del Correíllo La Palma', organizada por el Cabildo de Tenerife a través del Organismo Autónomo de Museos y Centros y un convenio de colaboración con la Fundación Correíllo La Palma, recibió un total de 7.000 visitas; la muestra, que se clausuró la pasada semana, se desarrolló en la estación del Jet-Foil en el Puerto de Santa Cruz y contó con la presencia de más de 1.200 escolares.

El objetivo de esta muestra era dar a conocer las vicisitudes de este entrañable vapor. Así, el visitante ahondaba en la historia del Correíllo La Palma hasta su conversión en una indiscutible joya patrimonial. Igualmente, se pudo conocer de primera mano cómo era el contexto político, social y económico del Archipiélago en sus primeras décadas de servicio activo. Paralelamente a la exposición, y como oferta didáctica complementaria, se ofrecieron visitas guiadas y talleres para grupos, familias, asociaciones y colectivos, destacando los más de 1.200 escolares que pasaron por la muestra desde su puesta en marcha, a mediados del mes de abril.

Los visitantes pudieron contemplar el surgimiento de la navegación a vapor, con todos los cambios que comportó este nuevo sistema de transporte, y la implantación del servicio postal ultramarino, vehículo indispensable en el complejo entramado de las comunicaciones. Siendo, además, en este ámbito, donde las señales mediante balizado, banderas o luces, la cartelería propagandística de navieras y la decoración de las chimeneas de los vapores, encontraron su razón de ser.

El Correíllo La Palma es un buque mixto de pasaje y carga que prestaba sus servicios en Canarias y África. Una singular nave que fue construida en 1912, en los astilleros británicos de W. Harkess & Son, Ld., en Midlesbrough, y pertenece a aquella generación de barcos en los que se materializaron los avances tecnológicos del momento: seguridad, confort, autonomía y velocidad. Además, fue dotado de una elegante línea y estabilidad para que pudiese navegar de forma desahogada a este lado del Atlántico. Un diseño que presenta similitudes, salvando las evidencias dimensionales, con el malogrado RMS Titanic, con el cual comparte idéntico año de fabricación.