La sentencia confirmada declaró probado que la acusada se encontraba sobre las 4.30 horas del 17 de septiembre de 2001 en una discoteca de Valencia cuando vio que la víctima estaba hablando con su novio que, anteriormente, había sido pareja de ella.

La mujer se abalanzó contra la otra chica con el vaso roto y le provocó múltiples heridas en el brazo y los codos con los que la víctima trató de protegerse el rostro.

En total, le causó seis cicatrices de entre cuatro y 15 centímetros, algunas de ellas también en el cuello.

La acusada recurrió la condena al entender que la sentencia desvirtuaba la presunción de inocencia "con una valoración judicial de la prueba que no reunía las garantías suficientes y, en concreto, de la inmediación".

Sin embargo, la sala ha decidido mantener la decisión de primera instancia al considerar que la denunciada cambió en la vista sus primeras declaraciones, todas ellas exculpatorias.

También porque el fallo ofrece una "detallada y extensa aplicación de las pruebas practicadas hasta llegar a la conclusión de que la acción de la denunciada era constitutiva de lesión" y porque en la declaración de la víctima no se apreciaron ambigüedades.